Josa Fructuoso escribe en su columna de La Opinión un artículo titulado: "¡Es la Historia!", del que entrecomillan lo siguiente: "España no tuvo ni Renacimiento, ni revolución industrial, ni Ilustración, ni modernidad. Nada, sólo catolicismo y Contrarreforma".
La suya es una visión de la Historia formada o deformada por quienes escribieron de España desde fuera o quienes fueron sus seguidores dentro de nuestras fronteras. Que nuestra evolución no fue igual a la de Francia o Alemania, es cierto, pero los nuevos historiadores españoles están demostrando que, con cierto atraso, no fue tan distinta: en España hubo un importante Renacimiento, aunque algunos de sus artistas no fueran españoles porque España en esos momentos era un Imperio donde casi no se ponía el sol, y también tuvo una importante Ilustración, eso sí, dentro de las coordenadas católicas. España se aleja, en cierto sentido, de los países de su entorno tras la Guerra de la Independencia en un siglo XIX repleto de guerras entre conciudadanos y en una larga Dictadura (aunque a partir de los 60 mejora la vida de los españoles y, cuanto mayor es el nivel económico y cultural que se consigue, paradójicamente significa el derrumbamiento poco a poco del Franquismo).
Volver, como hace Josa Fructuoso, a la dinámica de las dos Españas, aunque acertadas muchas de sus críticas a la derecha, queda más como una visión romántica, obsoleta, del país y sus gentes y no como una realidad.
La suya es una visión de la Historia formada o deformada por quienes escribieron de España desde fuera o quienes fueron sus seguidores dentro de nuestras fronteras. Que nuestra evolución no fue igual a la de Francia o Alemania, es cierto, pero los nuevos historiadores españoles están demostrando que, con cierto atraso, no fue tan distinta: en España hubo un importante Renacimiento, aunque algunos de sus artistas no fueran españoles porque España en esos momentos era un Imperio donde casi no se ponía el sol, y también tuvo una importante Ilustración, eso sí, dentro de las coordenadas católicas. España se aleja, en cierto sentido, de los países de su entorno tras la Guerra de la Independencia en un siglo XIX repleto de guerras entre conciudadanos y en una larga Dictadura (aunque a partir de los 60 mejora la vida de los españoles y, cuanto mayor es el nivel económico y cultural que se consigue, paradójicamente significa el derrumbamiento poco a poco del Franquismo).
Volver, como hace Josa Fructuoso, a la dinámica de las dos Españas, aunque acertadas muchas de sus críticas a la derecha, queda más como una visión romántica, obsoleta, del país y sus gentes y no como una realidad.
2 comentarios:
No estoy para nada de acuerdo con usted. He leido el artículo y, en mayor o menor medida, opino que Josa Fructuoso ha dado en el clavo.
Vale, el Renacimiento ha existido en España, pero eso de ha sido "importante", permíteme ponerlo en duda, si lo comparamos con otros feudos renacentistas como Fracia.
España nunca será comparable a otros países, después de haber tenido que aguantar, como tu ya bien reseñas, una dictadura, políticas ultra-católicas y numerosas guerras y conflictos.
Buenos días Paquico,yo no entro a discutir la valoración que Josa Fructuoso hace de la derecha española. Sólo que creo que el "atraso" español respecto a Europa no viene del Renacimiento (es la época de la Biblia políglota de Cisneros y la Gramática de Nebrija) y en la Contrarreforma tenemos a Calderón, Cervantes o Lope (a pesar de la Inquisición: se inventa la novela y casi diría el teatro). Nuestra Ilustración es católica pero tenemos nuestros ilustrados como el Padre Feijoo o Jovellanos. Es en el siglo XIX y las guerras carlistas, en la dictadura de Primo y en el Franquismo donde veo yo el atraso. Pero también es un atraso que, si se sale al extranjero, se ve como poco a poco se va acortando.
Un saludo
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