Faltaban los que se esperaba.
La rueda de prensa, una vez
conocida la sentencia del Tribuna Superior, la dieron Pedro Vilches (no era
concejal en la pasada legislatura) y Salvador Gómez (ocupaba otras concejalías,
no Urbanismo).
El Alcalde y el que fuera
Concejal de Urbanismo no aparecieron.
Absentismo laboral, podríamos
llamarlo si los políticos se jugaran empleo y sueldo como el resto de
españoles. Con el agravante en este caso de que el anterior concejal de
Urbanismo, Amador López, fue ascendido dos veces, la última a director general
de Medio Ambiente (no debió referirse a los políticos el Ministro de Cultura en
su defensa –necesaria- de la meritocracia. O no a los caravaqueños).
Por eso la ciudadanía los percibe
como una casta aparte, intocable, por eso urge una reforma que inhabilite a los
políticos, no solo a los corruptos, también a los incompetentes.
De la rueda de prensa me quedo
con el compromiso de Pedro Vilches de que el Ayuntamiento depurará
responsabilidades políticas, técnicas y jurídicas. Aunque la responsabilidad
compartida acaba diluyéndose y esto no es «todos a una» ni Caravaca,
Fuenteovejuna; solo un pueblo cuyos gobernantes ambicionaron fantasías de
nuevos ricos. Sueños de mal gusto como la remozada Glorieta; sueños
innecesarios como ese campo de fútbol que se ha quedado en proyecto.
Entre estos soñadores con dinero
ajeno (y nombre y apellido) debería buscarse a los responsables del fiasco de la
UTE Caravaca, de tanto proyecto fracasado
en urbanismo.
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