Compré La abadía de los crímenes de Antonio Gómez Rufo tras una recomendación de Rubén Castillo en El Noroeste.
El rey Jaime I acude a un monasterio femenino en Cataluña donde unas monjas han sido asesinadas y otras violadas. Le acompañan la reina Leonor de Castill y su séquito (en el que se encuentra una joven Violante de Hungría), además de una monja investigadora, Constanza de Jesús.
Agudas reflexiones sobre el amor y su desaparición, atractivos diálogos y dos grandes personajes, Jaime I y Leonor de Castilla (y sus damas, sobre todo Águeda).
Sin embargo, ni la monja investigadora ni las moradoras del convento me han parecido de interés; al igual que el misterio, tan fácil de adivinar que no es misterio. Como tampoco me ha gustado que Antonio Gómez Rufo insista en exceso en los paralelismos (los fuerza) entre la relación de la Corona de Aragón y Cataluña y la actual (lo escribió en la época del último Estatuto) entre Cataluña y España. Esta insistencia debería conllevar un epílogo irónico: el Rey que continuamente insiste en la novela en la necesaria unidad de los reinos para una mayor fortaleza y acabó dividéendolos entre sus hijos.
Como misterio más entretenidas resultan las novelas de Alys Clare bajo el título Los misterios de la abadía, por poner un ejemplo.
Termina Rubén Castillo su crítica: "Con gran dominio de la arquitectura novelística, asperjando con tino los
misterios y las sospechas, Antonio Gómez Rufo nos entrega una obra de
profunda documentación histórica, ágil movilidad y formidables diálogos,
donde tenemos en todo momento la sensación de estar contemplando a
seres reales, que viven y hablan ante nuestros ojos. Si desean una
novela para estos días de verano, donde se combinen habilidosamente
información histórica, misterios y alta calidad literaria, no lo duden: La abadía de los crímenes puede ser su libro.
PD. Sobre Jaime I y su vida casi de novela la excelente biografía del filósofo José Luis Villacañas o El libro de los hechos de Jaime I, una obra maestra de la literatura medieval (muy diferente a las crónicas castellanas) donde la vida del Rey que conquistó Valencia, Mallorca y Murcia se presenta casi como un milagro.
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