A veces siento simpatías por Rusia: mi educación sentimental no sería la misma sin Dostoyevski, Tolstoi o Gogol. "De todas las historias de la Historia”, escribió Jaime Gil, “sin duda la más triste es la de España /, porque termina mal”. Esta frase la he transcrito muchas veces y siempre he pensado que vale también para Rusia. Y esta otra del Mío Cid: "¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen Señor!". Pero Chechenia, Georgia, sus mafias y magnates del fútbol que son lo mismo, su Presidente (o Primer Ministro) a perpetuidad...
Extracto algunos párrafos de un interesante artículo de André Glucksmann en El País:
"Los "valores comunes" han quedado seriamente en entredicho desde el momento en que un ex canciller socialdemócrata (Schröder) ocupó la dirección de Gazprom, tan sólo un mes después de haber sido desalojado de su cancillería. Imaginen el entusiasmo de la mitad de Europa que se helaba en enero de 2009 porque el Kremlin decidió recurrir al chantaje energético. ¿Acaso protestó el señor Schröder cuando su nuevo jefe amenazó con cortar el gas a sus conciudadanos (vía Ucrania)? No que yo sepa. Y sigue amasando millones. ¿Corrupción o convicción? Seguramente ambas cosas le empujaron a vilipendiar a la Georgia independiente cuando el Kremlin la desmembró mediante la anexión (apenas disimulada) de dos de sus provincias y saltándose los acuerdos de alto el fuego firmados con Nicolas Sarkozy, el emprendedor presidente de Europa. Cabría objetar que la mediocre codicia del ex canciller no puede estigmatizar al conjunto de la UE. Pero es que Schröder sigue siendo una autoridad moral de izquierda para la opinión pública alemana, que respeta al amigo Putin y tiene al presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, por un desequilibrado peligroso [...] Les aconsejo que disfruten en YouTube de una canción popular entonada por un coro militar moscovita cuyo estribillo resume el "radiante futuro" que nos prepara Gazprom: "¿Europa tiene problemas con nosotros? Le cortaremos el gas. Una amplia sonrisa nacerá en nuestros semblantes y la felicidad no nos abandonará nunca...". Y lo mismo respecto a Ucrania y sus deseos de integrarse en la OTAN, y respecto a las fuerzas norteamericanas y al mundo entero. Y el público está encantado.Si cae Tbilisi, no habrá forma de esquivar a Gazprom ni de garantizarnos un acceso autónomo a las riquezas gasistas y petrolíferas de Azerbaiyán, Turkmenistán y Kazajstán".
Extracto algunos párrafos de un interesante artículo de André Glucksmann en El País:
"Los "valores comunes" han quedado seriamente en entredicho desde el momento en que un ex canciller socialdemócrata (Schröder) ocupó la dirección de Gazprom, tan sólo un mes después de haber sido desalojado de su cancillería. Imaginen el entusiasmo de la mitad de Europa que se helaba en enero de 2009 porque el Kremlin decidió recurrir al chantaje energético. ¿Acaso protestó el señor Schröder cuando su nuevo jefe amenazó con cortar el gas a sus conciudadanos (vía Ucrania)? No que yo sepa. Y sigue amasando millones. ¿Corrupción o convicción? Seguramente ambas cosas le empujaron a vilipendiar a la Georgia independiente cuando el Kremlin la desmembró mediante la anexión (apenas disimulada) de dos de sus provincias y saltándose los acuerdos de alto el fuego firmados con Nicolas Sarkozy, el emprendedor presidente de Europa. Cabría objetar que la mediocre codicia del ex canciller no puede estigmatizar al conjunto de la UE. Pero es que Schröder sigue siendo una autoridad moral de izquierda para la opinión pública alemana, que respeta al amigo Putin y tiene al presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, por un desequilibrado peligroso [...] Les aconsejo que disfruten en YouTube de una canción popular entonada por un coro militar moscovita cuyo estribillo resume el "radiante futuro" que nos prepara Gazprom: "¿Europa tiene problemas con nosotros? Le cortaremos el gas. Una amplia sonrisa nacerá en nuestros semblantes y la felicidad no nos abandonará nunca...". Y lo mismo respecto a Ucrania y sus deseos de integrarse en la OTAN, y respecto a las fuerzas norteamericanas y al mundo entero. Y el público está encantado.Si cae Tbilisi, no habrá forma de esquivar a Gazprom ni de garantizarnos un acceso autónomo a las riquezas gasistas y petrolíferas de Azerbaiyán, Turkmenistán y Kazajstán".
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