La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega corrigió en Paraguay a quien la presentó como hija de un alto cargo del franquismo y señaló que, al contrario, había sido represaliado. La historia tiene parte de verdad y, como ya se sabe que los socialdemócratas por desgracia no pueden elegir los padres o los abuelos, se los inventan.
Les dejo el relato completo de las andanzas del padre de la Vicepresidenta (que por lo demás al parecer fue un hombre como cualquier otro que se tuvo que buscar las habichuelas durante el franquismo) en versión de Santiago González en su blog y lo que la Vicepresidenta contó a Millás. Es largo pero merece la pena:
El quinto día de la visita oficial de la vicepresidenta del Gobierno a Iberoamérica estuvo marcado por una anécdota. El Congreso y el Senado de Paraguay se reunieron de forma solemne en el Palacio del Legislativo para abrir el Foro Internacional del Bicentenario (el aniversario de su independencia) con María Teresa Fernández de la Vega como invitada de excepción. Pero el presentador que le cedió la palabra hizo "un breve apunte biográfico" y se limitó a presentarla como "hija de un alto funcionario del franquismo", la misma cita que figura como dato fundamental de su biografía en Wikipedia.
La vicepresidenta, sorprendida, quiso corregir esas palabras y comenzó su discurso con una rectificación: "Para que quede en la Historia, [la mayúscula es del diario] quiero señalar que mi padre fue un represaliado del franquismo, no un alto funcionario del franquismo". Sus palabras provocaron sonrisas y un aplauso que cerró el gazapo.
Fuentes próximas a la portavoz del Gobierno explicaron que Wenceslao Fernández de la Vega fue un alto funcionario, pero en la Segunda República; después, fue depurado por la dictadura.
No fue gazapo. Es verdad que Wenceslao Fernández de la Vega Lombán fue alto funcionario en la República (1937), que después fue depurado y perdió dos tramos del escalafón, pero fue rehabilitado en 1955, año en el que Franco, a propuesta de su ministro de Trabajo, José A. Girón de Velasco, le nombró delegado de Trabajo en Zaragoza. Fue delegado provincial de Trabajo con el ministro que sucedió a Girón, Fermín Sanz Orrio y fue destituido por Jesús Romeo Gorría en 1963. De todo ello se escribió en este blog el 23 de octubre de 2007. Para que conste, no en la Historia, sino en la hemeroteca:
Mª T. Fdez de la Vega.-(Mi pasión por la política) empezó muy joven porque he vivido en una familia donde se hablaba mucho de política. Desde pequeña escuché hablar de política en casa. A mi padre, que había sido represaliado por el régimen anterior, le gustaba mucho, decía que la política era la vida misma.
JJ Millás.- Su padre era inspector de Trabajo. [Millás sostiene en un sumario que la vicepresidenta "se licenció en derecho y en 1989 ingresó como magistrada con el número uno de su promoción". Es público y notorio que accedió a la carrera judicial por el cuarto turno, es decir, sin oposición y sin números ordinales.]
MªT. Fdez de la Vega.-Inspector de trabajo, sí, y estuvo fuera de la carrera casi toda su vida, hasta los años sesenta, en que hubo una rehabilitación y volvieron a reingresarlo. Por tanto, la política ha formado parte de mi vida, como algo natural, desde mi infancia. [El relato no casa con lo que se conoce de la biografía de Wenceslao Fernández de la Vega Lombán, delegado de Trabajo mientras fue ministro Fermín Sanz Orrio, (1957-1962) falangista procedente del carlismo. El régimen franquista hizo su primer apunte de liberalización económica en 1959, pero de la política, nada de nada. El delegado de Trabajo (delegado provincial de Sindicatos) era un cargo del régimen y el Ministerio de Trabajo era coto privado de los falangistas, que eran la conciencia social del franquismo. Es muy probable que don Wenceslao Fernández de la Vega tuviera que vestirse en las fechas señaladas con camisa azul, corbata negra y chaqueta blanca. Es altamente inverosímil que en esos años se rescatara a un funcionario depurado por ‘rojo’ para darle un cargo provincial. En este relato faltan datos importantes para su cabal comprensión].
(...)
Yo empiezo a tomar conciencia de los temas de los que se habla en casa cuando me empiezan a afectar a mí personalmente. [Entre los años citados (1957-1962) Mª Teresa ve transcurrir su salida de la niñez y entrada en la adolescencia, (9-13 años) ¿En qué tono se hablaba de esos temas en casa? ]
JJ Millás.-Por ejemplo.
MºT. Fdez de la Vega.-Cuando tengo que estudiar y empiezan a aparecer en el mundo exterior las primeras señales de que, bueno, de que no hay libertad, que no hay posibilidades de hacer lo que quieres... [Nuevo indicio de inconsistencia en el relato de la vicepresidenta. ¿La hija de un represaliado que ha perdido su puesto de trabajo recibe del mundo exterior las primeras señales de que no hay libertad? En la entrevista ha dicho que en su casa se hablaba mucho de política (su padre, no su madre)]. Tengo un hermano mayor que estaba también politizado; por tanto, durante el bachillerato yo ya había adquirido cierta conciencia de la desigualdad, de la falta de libertad, de vivir en un país que... [Más de lo mismo] Además, había empezado a leer cosas... En mi caso se daba la circunstancia de que la falta de libertad, al ser mujer, era doble. No tenía libertad porque no había libertad y porque era mujer. Ahí despertó la conciencia feminista.
JJ Millás.-¿Se produce durante la adolescencia algún hecho que ayude al despertar de esa conciencia?
MºT. Fdez de la Vega.-El que recuerdo con más rabia, porque me pareció una injusticia, sucede cuando tenía 16 años. Era verano y quería ir a estudiar a Inglaterra o a París, porque mi hermano ya había ido, y me dijeron que no.
JJ Millás.-¿Porque era usted chica?
MºT. Fdez de la Vega.-Porque era chica. Me pareció increíble. Me dije: aquí está pasando algo. Y a partir de ahí vino todo rodado.
(…)
JJ Millás.-¿Dónde estudió?
MºT. Fdez de la Vega.-En un colegio de monjas. Todo el bachillerato, una rabia también, eh.
JJ Millás.-¿Fue una buena estudiante?
MºT. Fdez de la Vega.-Sí, era una buena estudiante, tenía mucho amor propio.
JJ Millás.-¿Y la rebelión allí? Porque, claro, un colegio de monjas para alguien que tiene un poco de conciencia política?
MºT. Fdez de la Vega.-Estar en un colegio de monjas también te...
JJ Millás.-¿Te curte?
MºT. Fdez de la Vega.-Sí. Te revuelve... lo de las monjas era... De todos modos, tampoco tengo un mal recuerdo del colegio, [Primero dice que qué rabia, estudiar en un colegio de monjas. Después añade que eso “te revuelve” y deja a la imaginación del lector toda la perversión de las monjas que trataron de maleducarla “lo de las monjas era…" ¡Cómo era lo de las monjas! para resolverlo después diciendo que no tiene mal recuerdo del colegio. ¿A qué viene entonces lo de la rabia y lo de revolverse tanto y tan retrospectivamente? ]
La información fue completada aquel mismo día por el remero libertad, justicia, igualdad y pluralismo político dijo...
Para ser justos con Mari Tere, debo informarles que lo que cuenta, al parecer, no es del todo falso, pero evidentemente y como señala el patrón, es incompleto. Les traigo aquí lo que puede leerse al editar la discusión en el artículo de la Wiki dedicado a la Fashionaria.
"En relación con la discusión sobre don Wenceslao Fernández de la Vega, creo que resulta de gran utilidad la base de datos Gaceta Histórica del BOE.
El Sr. Fernández de la Vega fue nombrado por las autoridades republicanas Delegado Provincial de Trabajo de segunda categoría de Albacete, el 16 de febrero. El de primera categoría era don Juan Echevarría Marcaida. El BOE de 22 de enero de 1940 publica la separación definitiva del servicio de Fernández de la Vega como incurso en la letra a) del artículo 9º de la ley de 9 de febrero de 1939 ((la tristemente famosa ley de Responsabilidades Políticas). Es por lo tanto exacto que fue depurado, tal y como dice su hija Maite. Los apartados en cuestión se referían a haber apoyado a partidos del Frente Popular y haberse opuesto al Alzamiento de forma activa. Publica el BOE del 8 de mayo de 1949, es decir, nueve años después, la anulación de la referida sanción. Sin embargo le aplican como pena la postergación de dos años en el escalafón, que suponía perder 8 puestos en el estadillo (BOE de 14 de noviembre de 1949). El 11 de noviembre de 1955 Franco, a propuesta del Ministro de Trabajo Jesús Romeo Gorria* lo nombra Delegado Provincial de Trabajo de Zaragoza. El 18 de mayo de 1963 se publica su cese, con el mismo ministro, agradeciéndole los servicios prestados. ¿Qué se puede deducir de todo esto? Pues que como muchos españoles que tuvieron algún cargo en la zona republicana -y que en muchas ocasiones ocuparon las vacantes que dejaban los "fascistas" depurados por los "republicanos"- a Fernández de la Vega lo depuraron los "nacionales", reintegrándolo a partir de 1949. Su caso no es distinto al del tío abuelo del presidente, Faustino Zapatero**, o la tía de Rajoy, María Brey Mariño, que también fueron depurados y reintegrados. A María Brey la postergaron cinco años. En cuanto al abuelo de Rajoy, el galleguista Enrique Rajoy Leloup, perdió para siempre su plaza en la facultad de Oviedo. Wenceslao Fernández de la Vega tuvo suerte porque "sólo" perdió dos años de antigüedad en el escalafón. A otros los depuraron de por vida, ejecutándolos, o haciéndoles perder para siempre su carrera. Sólo la insondable estupidez de nuestros políticos ha permitido que se abra con la Memoria Histórica la caja de los truenos. Los wikipedistas debiéramos dedicarnos a la wikipedia española, que está muy retrasada, y no a trasladar a este campo la necedad de nuestros representantes."
Juzguen ustedes
* El ministro de Trabajo en 1955 era José A. Girón de Velasco. Romeo no fue nombrado hasta 1962.
** Faustino Zapatero Ballesteros no fue tío abuelo, sino abuelo materno del presidente y no fue depurado por el franquismo porque siempre fue franquista.
1 comentarios:
Me encanta la forma en que abres los pormenores. El bisturí de los historiadores ha de cortar más que el bisturí del cirujano, porque su actividad compromete a más de un cuerpo. No conocía este blog tuyo (mea culpa). Desde hoy enmiendo el error. Aplausos y reverencia.
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