Cyus es la tercera película de los hermanos Duplass (The Puffy Chair y Baghead) y se convierte en una vía entre el cine de Apatow (como director, guionista y productor ha participado en Virgen a los cuarenta, Supersalidos y Superfumados: lo de los títulos españoles no tiene remedio, o en Todo sobre mi desmadre: qué les decía) y el de los raritos como Wes Anderson, Jonathan Ames y compañía.
Padres de un movimiento que no es tal, el mumblecore (bautizado así por un técnico de sonido al escuchar cómo los actores, más que hablar, murmuraban sus diálogos): la falta de medios como un modo de distinción ética y estética, en Cyrus por primera vez cuentan con un gran reparto: John C. Reilly (espectacular en la fiesta donde canta el Don’t you want me, baby de The Human League), la recuperada Marisa Tomei (el Óscar más controvertido de la historia, se especula que el actor Jack Palance, que se lo entregó, se equivocó), Catherine Keener y Jonah Hill (una de las nuevas estrellas de la comedia) como Cyrus.
John C. Reilly, al que
su ex mujer (Catherine Keener) ayuda a encontrar pareja, conoce a
Marisa Tomei y a su hijo Cyrus… que tiene ya 21 años y que todavía vive
con su madre. No sólo vive. Aunque se trate de una comedia, pocas
relaciones más incestuosas: se comportan como un auténtico matrimonio,
en el que Cyrus la chantajea emocionalmente. Y pronto comenzará la
guerra entre novio e hijo por su afecto. Lo mejor de la película es ese
duelo, ese enfrentamiento, pero antes de que se produzca y dé lugar a
una comedia más convencional. Cuando se nos muestra un Jonah Hill
camaleónico y un John C. Reilly que expone sus sentimientos con tanta
sinceridad que parece pornografía. El primero, un resentido; el segundo,
un solitario que no puede perder esta oportunidad.
Cámara en mano, largos planos, imágenes más propias de un documental o un telefilme, apenas cuatro actores… éste es el cine off Hollywood
(aunque cada vez menos: ese final al que le falta mala baba) de los Duplass.
John C. Reilly y Human League
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