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| Jonah Hill y los niños a su cargo |
¿Se ha atiborrado David Gordon Green de la película Aventuras en la gran ciudad, 1987, de Elisabeth Shue y Chris Columbus?
El director de la notable Superfumados y la fallida Caballeros, princesas y otras bestias sigue a un niñero (Jonah Hill, candidato al Oscar por Moneyball (post sobre Moneyball) una noche en la que cuida tres críos. Nerd, sin trabajo ni finalizados los estudios, viviendo con su madre (no tan rara como Marisa Tomei en es frikada de Cyrus: post mío sobre Cyrus), la secuencia que abre la película mientras le practica sexo oral Jonah Hill a su novia (la amiga de Norah en Nick y Norah) ya marca las distancias con Aventuras en la gran ciudad y la acerca a otras películas de una noche salvaje, como Jo qué noche (After Hours, 1985).
Pero ni esta apertura ni la mayoría de gags presuntamente cómicos tienen gracia alguna. En una película que no llega a la hora y media tan solo el descubrimiento de la homosexualidad de uno de los niños en la escena del bus o alguna gracia sobre el niño adoptado de El Salvador entretienen. Está, claro, el asunto de los niños: para mí mejores que Jonah Hill en esta película: pero sé que hay odios a los niños en filmes de adultos.
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