Peret popularizó la rumba
catalana que inventó El Pescaílla antes de convertirse en “marido de…”.
Imaginaba –y conmigo los miles guiris que cantaban la del borriquito- al artista de Mataró tan español como la sopa
castellana hasta que hace unas semanas cantó en el Camp Nou por la
independencia de Cataluña. Parecía como si de un plumazo esa trama de afectos
que construyó España se borrara.
En nuestra comarca, Cehegín está
hermanada con Premiá de D,Alt, Premiá de Mar y la ciudad del converso a la
independencia Peret. Mataró cuenta con una asociación cultural Virgen de las
Maravillas y cada año sus políticos han acudido a sus fiestas murcianas, no sé
si por convicción o por cálculo, y pronunciado floridos discursos sobre la
unión de los pueblos de España.
Eso fue ayer; hoy el cálculo es
otro; y al legítimo –pero provinciano- deseo de independencia, se une la
ofensa: la quema de la bandera española, que ciudadanos de Cehegín y de esas
ciudades hermanadas con ella consideran la suya. El Alcalde de Cehegín ha
querido recordar a los intransigentes de aquí y allí que no son los políticos,
sino los ciudadanos, con lazos que ni se construyen ni se borran en un día,
quienes han hecho de Cehegín una casa para los de Mataró y de Mataró una casa
para los cehegineros. Ha actuado como bombero en lugar de pirómano. No suele
ser lo habitual.
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