Escribía un conocido periodista que los políticos que no hablan están trabajando o muertos. Esto no ocurre en España, donde todo en la clase política es cháchara intrascendente, demagogia que ya no engaña ni a los suyos. Un parloteo peligroso porque nuestros políticos lo alimentan de victimismo y dejación de responsabilidades. Desde el Presidente del Gobierno hasta el último concejal de cualquier municipio español.
José Luis Rodríguez Zapatero le echa la culpa a los especuladores, a los banqueros. No se la echa a Dios porque, como cantaba Bob Dylan, está de nuestra parte. Las Comunidades Autónomas, por su parte, acusan a Zapatero si gobierna el PP y las del PSOE dicen que viene la bicha y con los otros será peor. Tomemos, por ejemplo, los datos del paro para insistir en ese escupir palabras que siempre manchan al otro, claro. El Partido Socialista y el Partido Popular tienen dos diputados regionales con el mismo discurso desde que asumieron que a ellos les tocaba hablar de economía. Son Begoña García Retegui y Amador López: pueden comprobarlo en las hemerotecas. Una vez al mes la Diputada socialista recuerda que en la región sube el paro por encima de la media nacional y el Diputado popular que el Gobierno de España es inoperante y además margina a los murcianos. Ni una crítica de la diputada (que es murciana) a su partido, el socialista: éste todo lo ha hecho bien. El diputado llega más lejos y se ampara en el discurso victimista: “es que a los murcianos no nos quieren”.
Esta política nacional y regional llega hasta la municipal. El viernes pasado responsables del Partido Popular caravaqueño ofrecieron una rueda de prensa en la que dedicaron más de la mitad del tiempo de su intervención a atacar la política nacional socialista para explicar algunos proyectos que habían fracasado en Caravaca. Había argumentos lógicos como que la subida del IVA, el frenazo en inversiones, la necesidad de un pacto de financiación local, etc., van a dejar a este y otros ayuntamientos en una situación complicada. ¿Pero son tan inanes nuestros políticos? ¿Para qué los queremos si siempre se van a escudar en el victimismo o en la desviación de responsabilidades ante el primer problema?
En los últimos tiempos una asociación ecologista como CARALLUMA y los partidos socialista e Izquierda Unida han presentado una serie de denuncias: desde las que inquietan a muchos caravaqueños como es la remodelación de la Glorieta o qué va a pasar finalmente con el dichoso campo de fútbol (que no sé tampoco para qué quiere Caravaca un nuevo campo de fútbol si no van más de mil personas a ver un partido). Pero dejémonos de digresiones. Las preguntas que se acumulaban tenían que ver con el campo de fútbol, la Glorieta y otros temas que creo importarán solamente a una minoría exquisita: por ejemplo, que la torre del auditorio mida diez metros más o diez metros menos. En la rueda de prensa del PP no hubo ni un segundo para la autocrítica (igual que con el Gobierno de la nación): nada habían hecho mal en el contrato con la UTE Caravaca, nada tenían que ver con los vertidos ilegales al río y detalles como que si no ponían un colector de aguas pluviales en la Glorieta ésta se iba a inundar ni se le habían ocurrido. Todo es culpa del otro, ese otro sartriano, que es el infierno.
Tomo el ejemplo de Caravaca porque está a mano: pero imagino por toda la geografía española concejales de cualquier color escondiendo la cabeza como el avestruz y, de vez en cuando, tirar la piedra y esconder la mano contra cualquier chivo expiatorio.
lunes, 17 de mayo de 2010
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