Joan Laporta |
Personajes pintorescos que han tratado de conseguir más poder o inmunidad, como Ruiz Mateos, Jesús Gil, Joan Laporta, siempre han existido en España. En el pasado fracasaron. Pero la sensación ahora es que el tonto del pueblo puede llegar a Alcalde porque su vecino ha decidido responder a la necedad política con su propia patochada.
Como en la transgresión de los antiguos carnavales, cuando el rico se travestía de pobre o la virgen de prostituta, el pueblo soberano votará al que ha robado a la empresa, al que maltrata a su mujer o al defraudador de Hacienda. Ya lo verán: el antiguo arribista llevaba el carné del PSOE en un bolsillo y el del PP en el otro (regalos de comunión para nuestros hijos: afiliación a partidos políticos); el trepa de nuevo cuño ha abandonado su militancia. Con la ferocidad del converso cambia de partido político -casos hay en mi pueblo- y escupe sobre su anterior partido e ideas cuando era el primero en husmear entrepiernas como los perros para obtener unas migajas de poder: tal vez hasta soñara con ser Concejal de Urbanismo u Obras y Servicios y se relamiera pensando en que lo untaran.
John Cobra |
Tal vez sea el futuro de
1 comentarios:
Sí, es el grave dilema. ¿Qué se hace en las democracias con quienes son túmulos cancerígenos de la democracia? ¿Darles cancha? ¿Ignorarlos? ¿Combatirlos? Vive Dios que es ardua tarea responder a esa cuestión
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