Aznar y González |
Felipe González ha vuelto, lo comentaba hace unos días en este blog. Y José María Aznar nunca ha dejado de intentar tutelar al Partido Popular. Recientemente con su defensa de Israel y con la presentación de un libro sobre la lucha antiterrorista.
Lo de Aznar tiene menos sentido. Para Rajoy es imperioso librarse de su sombra (no se trata de discutir si el Ex Presidente lo hizo bien o mal, pero cuando se junta con Rajoy la impresión es que este último está de prestado)porque Aznar aglutina en su contra a los nacionalismo que el líder del PP necesita si quiere gobernar España.
Pero resucitados o no se puede situar a los dos en la Historia de España y en la de su partido:
Felipe González tiene un hueco mayor en la Historia de España porque con él la izquierda volvió a gobernar desde el año 39. Lo tópico de que se completó la Transición cuando los hijos de los vencidos gobernaron. Dentro de su partido, y gracias al tutelaje de la socialdemocracia alemana, se le recordará porque el PSOE se homologó a los socialistas europeos: se olvidó del socialismo real o científico que fue su credo durante la Guerra Civil y parte del exilio.
Aznar, por su parte, devolvió a la derecha al poder. Un logro nada sencillo si recordamos que ésta se presentó a las primeras elecciones como garante de la supervivencia del franquismo (claro que hay que reconocer el papel de Fraga en la Transición) y completamente atomizada, lo que aprovechó UCD (además de los resortes del poder económico y periodístico que controlaba Suárez). Si leemos historias de la Transición nos aparecen nombres como Areilza, Gil Robles (un tanto cascado, falleció en el 80), Garrigues Walker, etc. Mucho nombre, pero nada. Como Alianza Popular, además de Fraga, tuvieron a Hernández Mancha como candidato del que todo el mundo se reía, y un posible candidato de inteligencia como Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón. Pero, hasta la refundación de 1989 y la elección de Aznar como candidato y un año más tarde como presidente del partido, España tenía toda la pinta de seguir los pasos del Méjico del PRI. Además, la victoria de Aznar, su revolución conservadora (en la línea de Thatcher o Reagan) todavía se deja sentir en la sociedad española.
En definitiva, González convirtió al PSOE en socialdemócrata y le llevó al poder tras más de cuarenta años perseguido (mucho menos que el comunista) y, por su lado, Aznar libró a la derecha española de las adherencias del franquismo y dejó un poso conservador en la sociedad española del que ésta no se ha desprendido.
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