Falleció el nonagenario director Mario Monicelli (autor de dos obras maestras, La gran guerra, comedia antibelicista de dos pícaros, y Rufufú, parodia del cine de atracos a lo Rififí, aunque sin llegar a la altura de la española Atraco a la tres). Junto con algunas películas de Dino Risi, el suyo (su cine) me ha parecido el que mejor ha retratado desde la comedia la sociedad italiana, aunque con libertad, la más parecida a la española de las europeas.
Sin embargo, me chocó (aunque cada vez menos) que se dé la noticia como suicidio. Por lo menos en las ediciones digitales de Público y El País. Este último publicó una entrevista que le realizó en 2008 Miguel Mora: "La del 68 fue una generación de jóvenes violentos y corruptos".
En las Escuelas de Periodismo predicaban (los periodistas y su ética) que no se debía dar cuenta de los suicidios. Aunque en este caso nada parece más natural: el hombre, que padecía un cáncer, salta por la ventana. No sé cómo estará legislado en Italia el derecho a una muerte digna. Pero igual que Divorcio a la italiana (una comedia que podría haber firmado el propio Monicelli) hincaba el dedo en la llaga de la católica Italia, tal vez el salto al vacío del director les haga plantearse que deba existar tal ley de muerte digna.
Supuestamente, nos decían, se produce un efecto repetición: quien quiere suicidarse pero duda se anima cuando otro antes ha realizado con éxito su "hazaña". Lo mismo que ahora dicen de la violencia machista: el asesinato atrae otros asesinatos. Como ese cristal roto que no se arregla que incita a otros a destrozar nuevos cristales.
En España se rompió el tabú, que recuerde, con la hermana de la Princesa de Asturias. Y creo que se hizo bien: no tiene sentido negarle a las cosas su nombre.
Escribía Arcadi Espada el 21 de noviembre de 2009: "Los estudios más sensatos niegan esa relación mecánica aunque admiten la posibilidad de que determinados suicidios contribuyan a desencadenar en torno a ellos unas decisiones trágicas que tal vez se habrían producido igualmente, aunque más separadas en el tiempo. De todos modos la capacidad de proponer conductas se extiende sobre cualquier otra de las que diariamente los medios describen. Hasta confundirse con la vida, que es pura e idéntica imitación".
Recuerdo de joven leer el ensayo de David Hume sobre el suicidio y me pareció muy interesante. Aunque no tanto como el Petronio de Quo Vadis y su suicidio junto a su bella esclava hispana y sus ojos verdes.
Un artículo publicado en El Mundo realmente interesante: quién, por qué, suicidas fallidas...
Estadísticas del suicidio en España de 1998 a 2006.
Siendo ya la principal causa de muerte no natural en España, quizá debería romperse definitivamente el muro del silencio respecto a los suicidas.
PD. Otro artículo mío sobre el tema. Suicidio y prensa.
Sin embargo, me chocó (aunque cada vez menos) que se dé la noticia como suicidio. Por lo menos en las ediciones digitales de Público y El País. Este último publicó una entrevista que le realizó en 2008 Miguel Mora: "La del 68 fue una generación de jóvenes violentos y corruptos".
En las Escuelas de Periodismo predicaban (los periodistas y su ética) que no se debía dar cuenta de los suicidios. Aunque en este caso nada parece más natural: el hombre, que padecía un cáncer, salta por la ventana. No sé cómo estará legislado en Italia el derecho a una muerte digna. Pero igual que Divorcio a la italiana (una comedia que podría haber firmado el propio Monicelli) hincaba el dedo en la llaga de la católica Italia, tal vez el salto al vacío del director les haga plantearse que deba existar tal ley de muerte digna.
Supuestamente, nos decían, se produce un efecto repetición: quien quiere suicidarse pero duda se anima cuando otro antes ha realizado con éxito su "hazaña". Lo mismo que ahora dicen de la violencia machista: el asesinato atrae otros asesinatos. Como ese cristal roto que no se arregla que incita a otros a destrozar nuevos cristales.
En España se rompió el tabú, que recuerde, con la hermana de la Princesa de Asturias. Y creo que se hizo bien: no tiene sentido negarle a las cosas su nombre.
Escribía Arcadi Espada el 21 de noviembre de 2009: "Los estudios más sensatos niegan esa relación mecánica aunque admiten la posibilidad de que determinados suicidios contribuyan a desencadenar en torno a ellos unas decisiones trágicas que tal vez se habrían producido igualmente, aunque más separadas en el tiempo. De todos modos la capacidad de proponer conductas se extiende sobre cualquier otra de las que diariamente los medios describen. Hasta confundirse con la vida, que es pura e idéntica imitación".
Recuerdo de joven leer el ensayo de David Hume sobre el suicidio y me pareció muy interesante. Aunque no tanto como el Petronio de Quo Vadis y su suicidio junto a su bella esclava hispana y sus ojos verdes.
Un artículo publicado en El Mundo realmente interesante: quién, por qué, suicidas fallidas...
Estadísticas del suicidio en España de 1998 a 2006.
Siendo ya la principal causa de muerte no natural en España, quizá debería romperse definitivamente el muro del silencio respecto a los suicidas.
PD. Otro artículo mío sobre el tema. Suicidio y prensa.
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