Rubén Castillo firmando Galatea de las esferas |
El miércoles 21 de noviembre
Rubén Castillo presentó su última novela Galatea de las esferas, publicada por
Gollarín, en la Compañía Lounge
Club de Caravaca de la Cruz.
Le acompañaban el editor,
Francisco Marín, y el también escritor Miguel Sánchez Robles.
En Galatea de las esferas Enrique
Saorín nos cuenta en primera persona su vida en un relato que aspira a ganar el
Premio Nadal: trabaja como conserje, odia a su padre, le decepcionó su madre,
amó en el pasado a una mujer… y se obsesiona con el cuadro de Dalí.
Francisco Marín mostró en primer
lugar la nueva página web de Gollarín (www.gollarin.com), un proyecto editorial
que está intentando relanzar. «Gollarín nació en el año 2007 y fue la ilusión
de un grupo de amigos que, por diferentes razones, teníamos un objetivo común:
era el de promocionar la literatura y hacerla más accesible; y especialmente
promocionar a autores que podían tener menos oportunidades. Toma el nombre del
paraje de Gollarín, en la
Sierra del Gavilán. Allí está la casa de Gregorio Javier, un
ilustre paisano escritor fallecido hace más de cuarenta años de forma
accidental en plena juventud. El sitio era el lugar de peregrinaje de aquellos
que aman la literatura y para ellos era un lugar de inspiración».
El editor tuvo unas palabras para
sus antiguos socios: «les agradezco y les reconozco que esta ilusión que
teníamos de editar hace unos años sea una realidad que va cuajando, se va
haciendo mayor y que, de verdad, se vaya convirtiendo en una empresa cultural.
Aunque hoy Gollarín es un proyecto diferente en cuanto a composición, no en
cuanto a objetivos, que son los mismos. Hoy forma parte de la empresa Tribuna
del Noroeste, que edita también el semanario El Noroeste: lo complementa, lo
enriquece y le da más vida».
Francisco Marín destacó la
primera edición de esta nueva etapa Años
fugitivos de Pascual García: «Es una obra que, partiendo de un boceto de
literatura fragmentada, en cuanto a ser una colección de artículos en el
periódico El Noroeste, es una obra sólida, bien acogida por la crítica y, a mi
juicio, un buen relato de un tiempo, de unas circunstancias y de unas
costumbres, la de la juventud del autor y también de muchos de nosotros».
Por último, el editor señaló que
los libros tienen tres fases de vida y una ultima de reposo: «la primera
pertenece al autor, a su mundo, a sus anhelos, a sus sueños y a quien con él
los comparte. Esa fase pertenecía a Rubén. La segunda, corta pero emotiva,
pertenece al editor, a su negocio, a su ilusión; y ya en la tercera fase el
libro pertenece a los lectores (con permiso de los críticos). Esta semana el
libro es vuestro. La última fase, la de reposa, es cuando el libro ya forma
parte de la pequeña historia de la literatura, del acervo cultural de su
entorno y se convierte en fondo editorial».
Francisco Marín terminó
asegurando que Gollarín, aunque una editorial pequeña, es ambiciosa en cuanto a
calidad: «estamos formando una colección de buenos autores de nuestra tierra,
de nuestro sol, de nuestro clima. Pretendemos agradecer al autor su trabajo y
confianza; que se sienta orgulloso de la edición y contento con el editor;
también pretendemos poner en manos del público obras que se hagan un hueco en
su corazón de lectores, que queden satisfechos y continúen fieles al sello
editorial».
Francisco Marín, Rubén Castillo y Miguel Sánchez Robles |
A continuación Miguel Sánchez
Robles glosó la novela Galatea de las esferas a la que calificó de «la novela
poliédrica de Rubén Castillo». Destacó el novelista caravaqueño (del que Rubén
Castillo señaló su La tristeza del barro
como uno de los libros importantes sobre la enfermedad mental): «Hay novelas
que son solo una cosa, todos sus diálogos, todos sus desenvolvimientos, toda su
trama, todas sus reflexiones, tratan solo de una sola cosa y en una dirección
determinada, pero hay otras novelas poliédricas que tratan a la vez de muchas
cosas que importan, novelas que se salen por los lados y rebosan una sustancia
densa y transitiva. Galatea de las esferas es una de ellas. Es una de esas
historias que surgen como un géiser del alma de su autor cuando algo te
destierra del mundo en que creías o del mundo que amabas. Esto último llega a
ser incluso el propósito supremo del protagonista de la obra: Enrique Saorín,
que se convierte en una especie de géiser de sí mismo desterrado de todo».
Finalizó su intervención Miguel Sánchez Robles (su texto por su interés se reproducirá íntegro en el próximo número de El Noreste): «Me alegro de haber
leído este libro de Rubén, de haber encontrado en él esos registros de una vida
pasada que yo también añoro, de haber hallado en sus páginas reflexiones
valientes, nutritivas…».
Rubén Castillo cerró el acto
agradeciendo a Gollarín formar parte de una colección muy hermosa, repleta de
grande escritores y en el caso de Migue de grandes amigos.
«Este es mi libro número trece,
no soy supersticioso y no espero para la
novela nada negativo. Pero me doy cuenta de que no ha cambiado gran cosa desde
mi primera novela en el año 90 y sigo manteniendo la misma actitud. Un
agradecimiento a la persona que va a la librería y compra un libro mío. Parece
una cosa sencilla pero no lo es. Para mí implica una gratitud que casi no se
puede expresar con palabras. Entramos en cualquier librería y ha centenares, a
veces miles de libros, y para mí es anonadante que alguien coja mi libro y no
el de Javier Cercas o Antonio Muñoz. Entra dentro de la lógica que lo compren
amigos, pero que lo haga quien no pertenece a mi círculo supone una auténtica
inyección de moral. Pero hay otra agradecimiento incluso superior: a la persona
que se lee el libro: las horas que emplee en ese libro es un regalo que nos
hace al autor. Un regalo tan desprendido como maravilloso. Antonio Muñoz Molina
nunca va a saber las centenares de horas que yo le he regalado. Espero conocer
a mis lectores para agradecerles las horas que me han dedicado».
A continuación Rubén Castillo
analizó el personaje, su opción por la primera persona en lugar de la tercera,
la dificultad mayor al pensarlo que al escribirlo, lo que le debe a anécdotas
que le contaron (entre otros el escritor Pascual García)… Por último, firmó su
obra al numeroso publico reunido, entre los que se encontraban antiguos socios
de Gollarín, la concejal de Cultura, Mª Cruz Pérez y su antecesor, Orencio
Caparrós, el ex diputado Jesús López, la escritora María Dolores Pérez y muchos
caravaqueños que no quisieron perderse la oportunidad de escuchar de boca del
autor qué se pueden encontrar cuando abran la primera página de Galatea de las esferas.
Gollarín renueva su página web (www.gollarin.com)
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