martes, 27 de noviembre de 2012

Seconds (1966), extrañísimo thriller de arte y ensayo de John Frankenheimer

Fotogramas de Seconds (Plan Diabólico, 1966)
Rarísimo thriller de John Frankenheimer este Seconds (Plan diabólico, 1966) más cerca del arte y ensayo (una reflexión sobre quiénes somos, sobre la vida que vivimos) que de una película de Alfred Hitchcock: lento, distante, sin apenas diálogos y, cuando los hay, conversación entre dos de los personajes), con situaciones surrealistas o directamente absurdas (ese ejecutivo que le ofrece en su despacho comer pollo mientras le explica las condiciones del contrato, el jefe como Mefistófeles...)... una pesadilla, un mal viaje desde los títulos de crédito (de los mejores de su carrera) obra de Saul Bass (Vértigo, El hombre del brazo de oro...)con esa cámara que se acerca y se aleja borrosa de ojos, oreja, boca...


Con la fotografía en blanco y negro de James Wong Howe (Pursued, Hangmen also die, Body and Soul...) y la música de Jerry Goldsmith (intrigante en los títulos de crédito, melancólica en la playa, repetitiva en la orgía... es el creador de la música de La Profecía, por la que obtuvo el Oscar, o Alien: ciencia ficción, terror y thriller, tres géneros a los que ha puesto música que caben los tres en Seconds), los tres caballos ganadores (además de la interpretación de Rock Hudson, a pesar de ser la década de los 60, extraño saber cómo escogió este proyecto) de una de las mejores películas del irregular sobre todo en su última etapa John Frankenheimer. 
Los títulos de crédito de Saul Bass
Junto a Siete días de Mayo y El Tren, mi favorita de las suyas.
La fotografía de James Wong Howe
"Hamilton, un importante ejecutivo, cada vez más hastiado de la clase de vida que lleva, sueña con convertirse en alguien distinto y comenzar una nueva vida". (FILMAFFINITY). Esta es la sinopsis que ofrece esta página y conviene no decir mucho más. Aunque en el minuto veintipoco (cerca del veinticuatro) el espectador sabe de un dato, hurtado hasta entonces que cambia la película que creíamos estar viendo. Aunque resulta igualmente arriesgada antes y después, éste thriller en el que pasa bien poco.
Quien haya visto El hombre de Alcatraz o El mensajero del miedo, se preguntará, no por la temática, razonable en su filmografía, sino qué demonios hizo a John Frankenheimer, uno de esos directores, como Sidney Lumet o Alan J. Pakula que se rebelaron contra un cine encorsetado antes de la auténtica revolución de los 70, a rodar esta película que parece más propia de las vanguardias europeas.

Los títulos de crédito, por Saul Bass


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