The shadow of line (Hugo Blick, 2011, BBC) comienza con el asesinato de un capo de la droga recién indultado (aunque al final del séptimo y último episodio nada importa el whodunit) y con un policía que no recuerda (¿o no quiere recordar?).
Con un reparto extraordinario, en el que no sobra ningún actor ni personaje, pero yo me quedaría con Joseph Bede (Christopher Eccleston), Gatehouse (Stephen Rea) y Foley (David Schofield). Y, en el que casi más importancia que la trama detectivesca y el nuevo orden mafioso tras la muerte del capo y la huída de su lugarteniente, tiene lo que ocurre alrededor: el detective amnésico y su doble vida; el lugarteniente huído y la vida que deja atrás; la camada que ambiciona escalar; el que cuida a su esposa enferma...
Tiene sentido la comparación con The Wire por su radiografía de los bajos fondos y cómo estos van unidos (y tienen sentido) con otros "más nobles". Pero a diferencia de The Wire condensado en siete episodios de un thriller paradójicamente interesantísimo pero que no importa y en el que es difícil empatizar con ningún personaje (también a diferencia de The Wire).
Una tragedia griega (lo de Shakespeare y la HBO está bien: pero el dramaturgo firmaría The Shadow line): un asesinato para abrirla; un alumbramiento para cerrarla. Y entre medias la dificultad de caminar sobre la línea. Habrá que preguntarle a Johnny Cash cómo lo hizo.
PD. La segunda parte de 2012 me ha parecido horrible en cuanto a estrenos de series. Brevemente reseñaré en estos días algunas que se me han quedado de otros años en el tintero.
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