"¿Cómo que aún está ese cartel ahí?", me preguntó un amigo de Caravaca que apenas ya visita el pueblo.
Y efectivamente, aunque las elecciones se celebraron en 2011, todavía el cartel electoral se encuentra a la entrada de Caravaca de la Cruz; de tanto verlo no se ve, como la pancarta recordando a la asesinada Mari Cruz que se encuentra -o se encontraba- en la base de la cruz que da la bienvenida al visitante.
Criticamos la ocupación del espacio público por compañías privadas, y la colonización de todo espacio -o del más visible- por el partido que gobierna en una confusión de partido y pueblo.
Lo curioso del caso caravaqueño es que la bienvenida por la entrada de la autovía no la da el alcalde actual, sino el candidato a la alcaldía del segundo partido más votado... que ha dejado de pertenecer a ese partido.
Así que el visitante pensará con motivo que Fernando Romera, del que se conserva su cartel electoral desde 2011, es el alcalde de un municipio donde gobierna el PSOE; los miembros del que fuera su partido, ¿apartarán la vista?; el interesado, si acostumbro a regresar a Caravaca por esa entrada, ¿qué pensará?
En cualquier caso, después de la resaca electoral, sería deseable que en un tiempo prudencial se quitasen los carteles electorales. Aunque para las próximas, a la vuelta de la esquina, tendría su aquel que situasen el del nuevo candidato del PSOE junto al anterior: o el del anterior, el del nuevo y el del anterior con un nuevo partido. A estas alturas, mejor dejarlo como está, aunque sea para que mi amigo -votante socialista, por cierto, y que quizá vea en su mente el cartel más grande de lo que en realidad es-, en sus escasas visitas a Caravaca, tenga de qué quejarse.
0 comentarios:
Publicar un comentario