El profesor de Historia Clásica y Militar Victor Davis Hanson recopila una serie de artículos para revistas y periódicos bajo el título Guerra: el origen de todo.
Su patriotismo le restará lectores en Europa: "A los soldados del ejército estadounidense por todo lo que hacen" es la dedicatoria. Y la cita de Heráclito que lo comienza: "La guerra es la madre de todo, la reina de todo", molestará a quien piense que la guerra es algo cultural, que en el presente estamos menos predispuestos a matarnos unos a los otros (por lo menos los occidentales sí en el cuerpo a cuerpo).
Sin embargo, el mayor problema de su Guerra es que los artículos acaban pareciéndose mucho unos a otros, así que, aunque es corto, más vale espaciarlo.
Las reflexiones más interesantes se encuentran en su primera parte: Historia Militar: la disciplina huérfana, donde se pregunta por qué estudiar la guerra, la guerra tras el 11-S, y en el que utiliza a autores clásicos como Tucídides y Jenofonte y películas modernas como los 300 (comentario mío sobre 300) para demostrar que no ha cambiado tanto en estos más de dos mil años la manera de hacer la guerra de los occidentales, que la causa de la "guerra" en general no es como defendieron muchos ingleses y norteamericanos en relación con la Alemania de la I Guerra Mundial: una serie de malentendidos, como si todos fueran buenos y solamente la confusión provocara la matanza. Defiende por el contrario la excepción de Occidente, lo mucho que se diferencia de las otras civilizaciones, a pesar de que los propios occidentales, más los europeos que los norteamericanos, la están relativizando. Se burla (con gracia) de los nuevos estudio que hacen hincapié en género, raza... en un simposio sobre la Anábasis coordinado por Robin Lane Fox con títulos como "Sexo, género y el Otro en la Anábasis de Jenofonte" o "Ya no podéis regresar a casa. Desplazamiento e identidad en la Anábasis de Jenofonte". También se burla de los universitarios de Stanford y su visión de Tucídides: prefiere la de sus alumnos de Fresno: Por ejemplo, una madre trabajadora: "Puede que Tucídides hubiera preferido a Carter, pero para tratar con los rusos habría elegido a Reagan". "Apuesto a que para escribir así primero mató a unos cuantos", escribe otro.
A continuación destaca varios libros: el de un marine, uno que, según él, pone en valor la victoria de Lepanto, que en las últimas décadas estaba cuestionada, y la historia del Peloponeso de Kagan...
Para terminar recordando que, con los errores y masacres del pasado, se puede caer en el anacronismo. Pero, a la vez (difícil equlibrio), asegurar que fueron mucho peores las torpezas y matanzas de los generales de la Unión; los aliados en la II Guerra Mundial, los norteamericanos al principio en Corea y en otros muchos sitios que los actuales en Iraq o Afganistán que las noticias veintiuatro horas parecen elevar al grado de catástrofe. El mayor problema aquí es el sentimiento de culpabilidad occidental que tan bien conoce el enemigo, el temor a causar y sufrir bajas, el miedo (se pregunta por qué se hace un falso documental sobre la muerte de Bush y parece bien y en cambio muchos periódicos se negaron a solidarizarse con el caricaturista amenazado por los islamistas).
Acaba con ese optimismo tan americano: "Pero si perdiéramos una serie de edificios emblemáticos o si estallara una bomba sucia en la capital administrativa del país, o si se produjeran cadenas de explosiones en vuelos transatlánticos, entonces no solo serían cientos de miles los dispuestos a perseguir a los terroristas, sino que además lo harían con el apoyo de la sociedad y sin preocuparse demasiado por limitar el temible arsenal occidentala a nuestro alcance".
PD. Entretiene, se lee rápido, pero 22 euros parece demasiado por un libro que no deja de ser una repetición de ideas. Es más para leerse un par de artículos o ensayos, dejarlo reposar un mes, y continuar con los siguientes. No me arrepiento de la compra.
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