Una película de Paul Greengrass se espera siempre con expectación. Más desde que rodó las últimas dos de Bourne superando la ya de por sí buena primera película de la trilogía. En Green Zone vuelve a trabajar con Matt Damon y tiene como guionista a Brian Helgeland (L. A. Confidential y Mystic River). Puro cine palomitero. Pero Greengrass va más allá: lo conocí ya en 2002 con Bloody Sunday (la matanza de manifestantes irlandeses a manos de fuerzas inglesas en 1972 y a la que U2 dedicó quizá su mejor canción: bájensela de Internet en algún director en Irlanda) y corrí a recomendarle a todos mis amigos la película. No creo que me hicieran caso, pero es otra historia.
Entretenimiento asegurado durante cerca de dos horas que nos lleva a 1975 cuando Pollack realizaba Los tres días del cóndor o a 1964 cuando Frankenheimer dirigía Siete días de Mayo o dos años antes cuando el mismo director se encargaba de El Mensajero del Miedo (hace unos años Jonathan Demme, el del coñazo de Philadelphia, realizó una estupenda nueva versión). Película de un ala liberal de Hollywood que no ha muerto si tenemos en cuenta la película de Demme, la de Greengrass y también, cómo no, Redacted de De Palma (la mejor de todas) o En el valle de Elah de Paul Haggis. No hablo de Camino a Guantánamo porque, a pesar de mi admiración por el británico Winterbottom (Wonderland o 24 hour party people), ésta responde más a una izquierda dogmática europea donde el gringo siempre es malo.
Cine para pensar, pero sobre todo entretenimiento puro y duro es lo último de Paul Greengrass.
2 comentarios:
Lo de puro cine palomitero ¿es referente a L.A Confidential y Mystic River? o a ¿esta Green Zone?.
Saludos Jaime y a ver si le puedo echar un vistazo.
Esta Green Zone.
Las otras tienen más nivel.
Si no tienes nada que hacer, merece la pena. Aunque la que tienes que ver es Kick Ass, una buena gamberrada.
Un saludo
Publicar un comentario