Me gustaría saber de cine cuando vea una película como I take this woman (Esta mujer es mía, 1940) en la que en los títulos de crédito aparece como director W.S Van Dyke pero en la que también participaron (sin acreditar) von Sternberg y Frank Borzage (en una de las charlas de Qué grande es el cine que más disfruté debatían sobre cómo se pronuncia su apellido) y como guionista (igualmente sin acreditar) Ben Hecht.
¿La mirada de los compañeros de trabajo de Spencer Tracy a Hedy Lamarr la filmó Sternberg? ¿El baile de Hedy Lamarr y su antiguo amante fue cosa de Borzage? Los tres rodaron muchas (y muy buenas) películas y apenas se conocen: sí von Sternberg y Marlene Dietrich o películas de Van Dyke como San Francisco y Enemigo Público Número 1 y La cena de los acusados (entre el melodrama y la comedia casi siempre). Menos Borzage: que el Adios a las armas de Gary Cooper es suya (sin embargo, de los tres es quien tiene una filmografía más interesante).
Salvo que en alguna biografía de Von Sternberg expliquen qué papel tuvo cada uno en la película (y aceptemos que en la película de estudios, pese a la defensa de cine de autor de los críticos primero, luego directores, de la Nouvelle Vague, muchas veces dependía más el acabado del estudio que del director), me quedaré con las ganas de, a primera vista, conocer quién está detrás de la cámara.
La película está hecha para el lucimiento de Spencer Tracy en uno de sus papeles de hombre bueno: recuerda su papel en Maniquí (con Joan Crawford), precisamente de Frank Borzage, aunque esta es una cima del melodrama de Hollywood.
Aquí una joven de la alta sociedad (Hedy Lamarr) intenta suicidarse, cosa que impide un médico de barrio deprimido (Spencer Tracy). Deciden casarse: ella huyendo de otro y él sabiendo que huye... Ni original el argumento, ni diálogos marca Hetch (quizá el de la amiga metomentodo de Lamarr y su enfermedad al tomar pastillas para la dieta), tampoco con grandes secundarios, como solía ser habitual. Sí los dos actores protagonistas estupendos, más Hedy Lamarr que Spencer Tracy: el hecho de ser considerada la mujer más hermosa del mundo (un millonario intentó quemar todas las copias de su Éxtasis, donde aparece desnuda: circulan en Internet copias de la película) a veces ha ocultado lo buena que era en el drama (flojeaba en la comedia).
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