En un cada vez más habitual minuto para la nostalgia escuchaba esta semana un concierto que El Zurdo dio en la Edad de Oro. No fue mi época y no recuerdo si en ese momento levantó polémica el hecho de que Fernando Márquez fuera falangista y, curioso, homosexual.
Pasados unos años el público se ha vuelto más tonto, que cantaría el propio Fernando con Berlanga, Alaska y Nacho Canut. Solamente así se explica la reacción que ha provocado en blogs presuntamente alternativos el hecho de que Lourdes Hernández, Russian Red, dijera en Marie Clarie: “Si me tengo que decantar, derechas”. Lo recoge esta mañana en El País Manrique.
La derecha no es guay. El indigenismo, el comunismo, hasta el islamismo, parecen mejor vistos. Solo así se explica la excesiva reacción que los progres tuvieron con Moe Tucker, batería de la banda más cool de la historia, la Velvet Underground, cuando se declaró partidaria del Tea Party. También otro estupendo reaccionario como Micah P. Hinson criticó recientemente a Obama. En Estados Unidos la polémica no fue tan grande como en España con Russian Red, tal vez porque esto es un estanque y lo que vende ella, que es muchísimo (en el círculo que se mueve), no lo venden otros.
Ser de derechas o de izquierdas no significa ser un buen artista. Pero hemos llegado a un punto en que hasta jugar al fútbol de toque parece progresista, y Guardiola su máxima representación. Nos burlamos de Lourdes Hernández y también de Pilar Rahola. Denunciamos la excesiva crítica que hubo con Soziedad Alcohólica y sus “hipócritas del lazo azul”. ¿Pero desde qué atalaya la burla? ¿Hacen la mayoría de grupos indie, por lo menos los españoles, una música que se entienda como un arma de combate? Escribe Mark Greif sobre el fenómeno hipster, algo que con matices podrían aplicarse, o podríamos aplicarnos la mayoría de las personas entre veinte y treinta años: “Y el antiautoritarismo hipster no es más que una treta mediante la cual los jóvenes de clase media se perdonan a sí mismos pro haber dado la espalda a la reivindicaciones de la contracultura – ya sea punk, anticapitalista, anarquista, nerd o sesentera- al mismo tiempo que conservan el atractivo de la contracultura”.
Esperemos que la no tan pobre Russian Red acabe contratada este verano por los ayuntamientos populares en las fiestas patronales. Más atractiva que Rosa de España, con menos operaciones que Julio Iglesias, quizá ni los progres ni los modernos la inviten a su paraíso. Pero me da que esos paraísos no deben ser demasiado divertidos si son incapaces de aceptar los que no llevan su modo de vida como esta joven que ha declarado que a los 30 deja la música, desea ser madre y es de derechas.
1 comentarios:
Para gustos colores, rosa de españa no te parecerá atractiva, pero no se donde le ves el atractivo a esta chica.
La música esta mal, pues nada, habrá que hacer grande a España procreando y trayendo hijos al Mundo. Por mi como si se mete monja, no la echaré de menos.
Publicar un comentario