"El principio central de la Civilización está en la subordinación de la clase dirigente a las costumbres establecidas de la población y a su voluntad expresada en la Constitución", Winston Churchill.
En los últimos meses se han publicado en castellano dos ensayos: Europa y el mito de Occidente, de Georges Corm y Civilización. Occidente y el resto, de Niall Ferguson. Diferentes entre sí pero con puntos en común, pueden completarse con 1492. El nacimiento de la modernidad, de Felipe Fernández-Armesto.
En este último libro (un repaso al mundo antes del descubrimiento y conquista de América) Fernández-Armesto no encuentra ninguna razón (más que el simple azar... y los libros de caballería) que dotaran a los europeos de alguna particularidad de su civilización que en unos siglos la llevarían a dominar el mundo. Fue la plata americana (tan necesaria para China e India) y los avances que se produjeron para responder a la nueva realidad de un mundo ampliado los que permitieron esa hegemonía.
Niall Ferguson no se entretiene en un año u otro (Renacimiento, Ilustración, Revolución Industrial... todos son hitos), pero me atrevería a decir que en la Edad Media (reconociendo las deudas con otras civilizaciones) ya hay un algo propio de Europa que le permitirá su expansión.
Para Niall Ferguson existen seis aplicaciones demoledoras (killer apps, en inglés) que distiguen a Occidente del resto del mundo: competencia, ciencia, derechos de propiedad, medicina, la sociedad de consumo y la ética de trabajo.
Mientras, Georges Corm repasa las distintas interpretaciones que se han dado de Europa y que resultan contradictorias entre sí: ¿Europa griega? ¿Europa cristiana? ¿Europa goda? ¿La Europa del Terror? ¿La Europa colonialista? ¿La nazi y comunista? ¿En la que nace Mozart pero también Hitler?
La erudición de Georges Corm apabulla: referencias a libros y más libros que han construido el llamado "mito de Europa" o "de Occidente".
Los ejemplos de Niall Ferguson resultan más prácticos: ¿por qué Estados Unidos fue capaz de producir un Georges Washington y la América española tan solo un Bolivar ("He mandado 20 años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos. 1º La América es ingobernable para nosotros. 2º El que sirve a una revolución ara en el mar. 3º La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4º Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles,de todos colores y razas. 5º Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. 6º Si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, este sería el último período de la América")? Y de allí a la pregunta de si la América española forma parte de Occidente (y Turquía y Rusia... y España).
Para Georges Corm existe una Europa faro: la civilización francesa de la Ilustración; Niall Ferguson no escribe una jeremiada, al contrario,con matices pero las seis aplicaciones demoledoras: competencia, ciencia, derechos de propiedad, medicina, la sociedad de consumo y la ética de trabajo, dan una ventaja a Occidente. Aunque "en 2008, solo los inventores israelíes hicieron 9.551 solicitudes de nuevas patentes, mientras que la cifra equivalente para Irán fue de 50 y para todos los países del mundo de mayoría musulmana, de 5.657". ¿Suficiente en una guerra entre Israel y los países musulmanes? Para Fernández-Armesto toca a su fin la hegemonía occidental: "La hegemonía occidental es en realidad una aberración. El orden normal
de las cosas es la hegemonía china, y a eso volvemos, aunque en el
camino puede haber interrupciones, sobresaltos y fases de inestabilidad.
Estados Unidos va a seguir manteniendo una considerable influencia
debido a la superioridad de sus instituciones académicas y científica".
Tres interesantísmos ensayos, más amenos los de Fernández-Armesto y Niall Ferguson, pero con un aparato bibliográfico tan importante el de Georges Corm que permite continuar con otros autores las reflexiones sobre Europa a lo largo de la Historia hasta nuestros días.
En breve reseña de los tres.
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