Comienza 2013 y encuentro
fotocopiado un artículo de Pérez Reverte de los que recopiló en Patente de Corso. Lo escribió en los
últimos años del felipismo y
recordaba la ilusión de una joven pareja, cuando el PSOE ganó sus primeras
elecciones porque esa misma noche habían decidido tener un hijo. ¿Resulta
sensato procrear con la actual crisis?
En España han aumentado los
abortos en 2012 un 5% respecto al año anterior. La prensa nacionalcatólica lo
achaca a la permisiva ley de
Zapatero, aunque más influye el paro, los contratos miserables y la conciencia
de que lo que no se ha arreglado en 2012 no lo hará en 2013 ni en 2014.
El biólogo Paul R. Ehrlich advirtió en 2009 que tener
más de dos hijos era egoísta e irresponsable: “La pregunta es qué vida quieres
para esos hijos o cuántos hijos puedo tener para que, junto con los de mis
vecinos, puedan tener una vida decente, sin cambio climático y con agua
suficiente”. En 1968 publicó The
Population Bomb y aún mantiene sus tesis, provocadoras e inteligentes. Pero
recientemente el economista Brian Caplan ha escrito –aún no se encuentra
traducido al español- Selfish reasons to
have more kids (Razones egoístas para
tener más hijos), en el que apuesta que, con leyes que favorezcan la
conciliación de vida laboral y personal, las familias burguesas deberían tener
un hijo más del que en un principio pensaban: da menos trabajo, es más
divertido y se amplía el círculo familiar en una época en que dependeremos más
de los nuestros y menos del apoyo del Estado
Aunque habría que delimitar
primero qué entendemos por burguesía, qué queda de la clase media. La gran
lección de estos años de crisis ha sido que amontonar préstamo más préstamo
para tener una segunda casa, un coche de lujo, colegio de pago… no nos convertía
a los trabajadores en burgueses, sino en insensatos. Dudo que ningún votante de
Rajoy saliera a la calle con una alegría desmedida el día de las elecciones
pensando en tener hijos. Pero nos queda Barry White, vino barato, escaso dinero
para vicios ni para calefacción y poca cultura subvencionada. Así que en 2013
pocas alternativas a quedarse en las largas noches en la cama, con una mantica, unas copas y el roce de dos cuerpos
(o tres quien tenga esa suerte). Con o sin condón es optativo. Hasta que lo
prohíban.
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