A Kevin Williamson le perdí la pista con Scream IV (una decepción salvo su prólogo, simplemente genial). No he visto las últimas series que ha realizado hasta The Following.
El creador de Dawson crece, el guionista de los primeros Scream, el director de Secuestrando a la Srta. Tingle se había escapado de mi radar.
Pero una serie con Kevin Bacon y el cada vez más presente James Purefoy (más Annie Parisse, de mi idolatrada Rubicon) vuelve a situarlo bajo los focos.
Un thriller que recuerda la premisa de la infravalorada El Protector de M. Night Shyamalan: el héroe (Kevin Bacon) que debe redimirse siempre tiene su villano, su némesis (James Purefoy), un profesor al que apresó en el pasado, obsesionado con el escritor Poe, que ha creado un culto de asesinos que le sigue. A excepción del abuso del flashback, sus dos primeros capítulos merecen la pena, excelentes los actores, sin la necesidad de sorprendernos, como 24, en cada final del capítulo o que, de momento, el espectador conozca más que los protagonistas sobre algún tema, lo que crea el suspense (como en Homeland), la trama funciona como una historia de fondo Bacon vs. Purefoy con historias de capítulo a capítulo (deteniendo a los asesinos que Purefoy ha esparcido durante las visitas a la cárcel de sus fans).
Mi impresión es que The Following va a quedarse con nosotros más de una temporada. No solo por su calidad, sino porque el episodio piloto lo vieron más de diez millones de norteamericanos.
Yo continuaré viéndola, aunque prefiera ese Kevin Williamson que resucitó con Wes Craven y otros el cine de terror adolescente, que, viendo Secuestrando a la Srta. Tingle, parece que nunca superó esa adolescencia, por el que conocimos a Katie Holmes y a Michelle Williams...
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