Escribía hace tiempo sobre la moda políticamente correcta de pedir perdón por cualquier error (o no, que los puntos de vista cambian según la época): la Iglesia, España, el Imperio... Nada tiene que ver Pizarro conmigo ni soy yo quién para pedir perdón por Pizarro que duro que esté en el infierno avergonzado por nada.
Anasagasti se suma a la moda y le exige al Gobierno de España perdón por el bombardeo aereo de Guernica. Mal le deben haber sentado a este Gobierno, que ha puesto todo su empeño en convencernos que es descendiente directo de la República, las palabras de Anasagasti. Pero a veces parece que el objetivo socialdemócrata es pasar por la vida sin hacer ruido. El ellos dicen mierda, nosotros amén, que cantaba La Polla. Tirando de pasado lejano podrían haberle recordado a Anasagasti que su partido intentó vender a la República española en el infame Pacto de Santoña con los italianos; que se negaron a combatir fuera del País Vasco y a destruir su industria una vez que los franquistas estaban a las puertas del territorio vasco. A mí no se me ha ocurrido exigirles al PNV que pida perdón. Nada tienen que ver Ibarretxe o Anasagasti con eso. Sí podrían pedir perdón los católicos, conservadores e independentistas vascos por el también infame Pacto de Lizarra (o Estella) y por el Plan Ibarretxe y su desprecio hacia las víctimas del terrorismo. Pero ya saben como son estos hipócritas: el domingo al mediodía una limosna para el Domund y por la noche un curre a la mujer para que se acueste caliente.
Anasagasti se suma a la moda y le exige al Gobierno de España perdón por el bombardeo aereo de Guernica. Mal le deben haber sentado a este Gobierno, que ha puesto todo su empeño en convencernos que es descendiente directo de la República, las palabras de Anasagasti. Pero a veces parece que el objetivo socialdemócrata es pasar por la vida sin hacer ruido. El ellos dicen mierda, nosotros amén, que cantaba La Polla. Tirando de pasado lejano podrían haberle recordado a Anasagasti que su partido intentó vender a la República española en el infame Pacto de Santoña con los italianos; que se negaron a combatir fuera del País Vasco y a destruir su industria una vez que los franquistas estaban a las puertas del territorio vasco. A mí no se me ha ocurrido exigirles al PNV que pida perdón. Nada tienen que ver Ibarretxe o Anasagasti con eso. Sí podrían pedir perdón los católicos, conservadores e independentistas vascos por el también infame Pacto de Lizarra (o Estella) y por el Plan Ibarretxe y su desprecio hacia las víctimas del terrorismo. Pero ya saben como son estos hipócritas: el domingo al mediodía una limosna para el Domund y por la noche un curre a la mujer para que se acueste caliente.
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