Desde hace años grupos minoritarios intentan decirle a los periodistas cómo escribir o cómo quieren que los nombren, lo que da lugar a un lenguaje propio de un burócrata. Tiene sentido en parte: imagino que la prensa trataría la homosexualidad, por ejemplo, como una enfermedad y los términos para el homosexual irían cargados de connotaciones negativas. Puede ocurrir igual con el sexismo, el racismo, la manera de tratar a los enfermos mentales, etc. La sensibilidad cambia, los tiempos cambian y con ellos el periodista.
Sin embargo, otras veces por comodidad o pereza o simple estupidez calificamos un hecho como quiere una parte y ni nos damos cuenta. Tomemos como ejemplo la portada de El País. Abajo: una frase de Montilla "Acatamos, pero no compartimos ni renunciamos". Y un breve texto (imagino que escrito por el periodista que luego desarrollará la noticia en el interior) en el que quiero detenerme por dos frases que ejemplifican cómo el periodista escribe lo que quiere la tribu (y sin fondo de reptiles). La primera: "Los partidos catalanes llamarán en breve a los catalanes a manifestarse en defensa del Estatuto". Lo adecuado hubiera sido escribir: "Los partidos catalanistas (o independentistas) llamarán en breve a los catalanes (éste catalanes sí vale,) a manifestarse...". El periodista acepta (como pretenden los independentistas) que ni Ciutadans, ni UPyD ni PP son partidos catalanes. La segunda, aunque es subrayar la misma: "Mientras el PP, que presentó el recurso de inconstitucionalidad, pidió "calma" a los partidos catalanes". Esta afirmación tampoco es cierta porque en el interior de la noticia Sáenz de Santamaría dice: "Pido que no se hagan valoraciones ni se tomen medidas apresuradas. De la Vega y Montilla han dado visiones opuestas. Pido prudencia y moderación". No pide calma a los partidos catalanes, aunque era previsible porque no tendría sentido que ella considerara que su partido no es catalán.
El periodista ha tomado una parte (el catalanismo) por el todo (Cataluña). Lo más probable es que haya sido sin querer, lo que lo convierte en triste porque le han colado un gol sin que se entere.
Sin embargo, otras veces por comodidad o pereza o simple estupidez calificamos un hecho como quiere una parte y ni nos damos cuenta. Tomemos como ejemplo la portada de El País. Abajo: una frase de Montilla "Acatamos, pero no compartimos ni renunciamos". Y un breve texto (imagino que escrito por el periodista que luego desarrollará la noticia en el interior) en el que quiero detenerme por dos frases que ejemplifican cómo el periodista escribe lo que quiere la tribu (y sin fondo de reptiles). La primera: "Los partidos catalanes llamarán en breve a los catalanes a manifestarse en defensa del Estatuto". Lo adecuado hubiera sido escribir: "Los partidos catalanistas (o independentistas) llamarán en breve a los catalanes (éste catalanes sí vale,) a manifestarse...". El periodista acepta (como pretenden los independentistas) que ni Ciutadans, ni UPyD ni PP son partidos catalanes. La segunda, aunque es subrayar la misma: "Mientras el PP, que presentó el recurso de inconstitucionalidad, pidió "calma" a los partidos catalanes". Esta afirmación tampoco es cierta porque en el interior de la noticia Sáenz de Santamaría dice: "Pido que no se hagan valoraciones ni se tomen medidas apresuradas. De la Vega y Montilla han dado visiones opuestas. Pido prudencia y moderación". No pide calma a los partidos catalanes, aunque era previsible porque no tendría sentido que ella considerara que su partido no es catalán.
El periodista ha tomado una parte (el catalanismo) por el todo (Cataluña). Lo más probable es que haya sido sin querer, lo que lo convierte en triste porque le han colado un gol sin que se entere.
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