martes, 7 de febrero de 2012

300: una película de tesis

El aspecto físico, primera diferencia en el Oriente vs Occidente
Ver 300 y entender el enfado del Régimen de los Ayatolás, ya que ésta es una película de tesis (una novela de tesis: "la que se escribe para demostrar o ilustrar determinada teoría o para suscitar un debate ideológico sobre determinada materia, que puede ser social, política, moral, etc.), igual de maniquea que el cine de Ken Loach, pero muchísimo más divertida.
Zack Snyder no toma su tesis de los neocons de hoy y de su choque de civilizaciónes, retrocede en el tiempo hasta Heródoto, Tucidides o Plutarco, de los que extrae diálogos para sus personajes (la frase: "pelearemos a la sombra"), quienes ya adelantaron el choque de civilizaciones. al asociar Asia con lo femenino y la esclavitud (aunque Grecia fuera una sociedad esclavista); la belleza física denota belleza interior ("ese rostro es el espejo del alma"): por su aspecto conocemos al traidor.
a) Maniqueísmo: Esparta igual a justicia y verdad, respeto y honor, libertad, sobre todo libertad, pero una libertad inseparable del militarismo y de la que tanto entendería Roma y Napoleón con su ejército ciudadano (la libertad se consigue o se defiende con la espada). Persia, por oposición, es todo lo contrario
b) Anticlericalismo. Los sacerdotes, como el traidor espartano, como los persas, aparecen como seres deformes, se nos presentan como unos cobardes libidinosos (verlos con las vírgenes recuerda el beso que recibe Ana Ozores al final de La Regenta). Refiriéndose a los persas, Leonidas exclama: "salvaremos al mundo del misticismo y de la tiranía". Y a sus propios sacerdotes les espeta: "prefiero que consideren su razón y no la confianza de los dioses".
c) Religiosidad o martirio. Uno de los grandes aciertos de Zack Snyder es reivindicar el martirio como algo propio europeo: "Tú matarías, yo moriría". Y qué ocurre con Leonidas cuando lo asaetean los persas como a San Sebastián: no intenta escaparse, aunque como a los héroes de Dos hombres y un destino Snyder no nos muestra su muerte. Pero sí al final de la pelícual un cuadro donde Leonidas aparece como en cualquier escena de martirio cristiana que llenan nuestras iglesias.  La buena nueva: "que todos los griegos sepan". La muerte de Leonidas, como la de Cristo, como la de los soldados nortemericanos en Fort Apache de John Ford, no resulta inútil si acaba sirviendo de ejemplo para las futuras generaciones.
d) Feminismo: La mujer de Esparta como la única libre porque pare guerreros.

Realismo de 300

Victor Davis Hanson (post anterior sobre él), profesor de Historia Antigua y Militar, escribe (tuvo la fortuna de asistir a un pase previo y aportar con sus consejos): "300 no pretende ser la verdadera historia de la batalla de las Termópilas, sino una adaptación de un cómic que es, a su vez, una adaptación de fuentes secundarias (libros y películas) sobre la batalla [...] Si quieren saber lo que ocurrió realmente esta película no les ayudará necesariamente a conseguirlo. Pero el impresionismo de 300 es extrañamente helénico en espíritu; los relucientes torsos desnudos de los espartanos que defienden el paso son una reminiscencia de la "desnudez heróica" de los estilizados guerreros que aparecen en las decoraciones negras y rojas de las vasijas áticas. Incluso en su surrealismo -un rinoceronte fuera de lugar, espadas futuristas de extrañas formas y un Jerjes [en la batalla real las fuentes nos lo presentan con barba] afeminado con aires de Don Limpio- no se aleja mucho de las adaptaciones dramáticas más osadas de Eurípides, como su tragedia Helena o Ifigenia entre los tauros, en su extraña desviación respecto del elemento mitológico presente en la épica homérica". Continúa Victor Davis Hanson: "300 abandona de forma consciente cualquier intento por presentar un relato realista. Los actores de la película pueden no parecer creíbles, pero hemos de recordar que los actores griegos siempre llevaban máscaras".
Concluyendo: Al huir de la intención realista de Troya o de Alejandro Magno, curiosamente 300 acaba resultando mucho más creíble y menos fácil para los espectadores que se aburren encontrar anacronismos o darles importancia (no importa por ejemplo que los actores hablen con acento inglés muy marcado). Así mismo no tiene que preguntarse el guionista, como hicieron William Faulkner y Howard Hawks en Tierra de Faraones, el modo de hablar de los egipcios o entes caso los espartanos. Tal vez la visión que se da de los griegos y sobre todo de los persas no sea cierta. Pero fue la que recogieron los historiadores que presenciaron o escribieron poco después de la batalla.

PD. En el artículo no se habla de si la película es mejor o peor. No trata de eso. En mi opinión: de las pocas obras maestras de Hollywood en la década pasada.
PD. Se puede escribir algo más vacilón que "¿Inmortales? Pondremos a prueba su nombre".
PD. Decepcionante su Sucker Punch, aquí reseña.

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