Tantas páginas dedicas al despilfarro cotidiano de los políticos y nadie se plantea si es necesario celebrar que un 9 de junio se aprobó un Estatuto de Autonomía en la Región de Murcia.
Afortunados los murcianos que no provienen del linaje de Noé (los vascos y su Túbal) y que no han tenido un poeta del XX como inventor de su nación (Blas Infante y el andalucismos), por eso extraña la necesidad de celebrar una efeméride cib tan poca chica.
Aunque en los dos últimos años (por lo menos el pasado) creo que no vivimos escenas similares a los del Agua para Todos o el acabar con un "ico" tres de cada cuatro palabras, algún cantante y dinero para alimentar televisión española.
Un poco de dignidad ha ganado desde lo "hermosa que es Murcia" esta ceremonia donde se entregan unos premios y hablan por turnos los políticos.
Sin embargo, confieso que el año pasado, que se celebró en Caravaca, me produjo un placer insospechado ver levantarse al unísono a un grupo de cincuentones trajeados (y bien alimentados) y cantar el himno huertano ese. Tal vez huertanicas, pero demasiado contentos de haberse conocido en el Thuillier...
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