Zebraman (2004) es la película de superhéroes de Takashi Miike, que bebe de ese género japonés que a mi generación nos llegó con los Power Rangers.
Una familia disfuncional, un héroe inadaptado (como todos los superhéroes) que da clase en el colegio de su hijo (que sufre acoso escolar), con una hija que se "prostituye" por regalos y una esposa con la que se cruza un par de veces al día en el hogar sin dirigirse la palabra. La mujer y la hija lo ignoran y desprecian, solo al final el hijo compartirá el secreto.
¿El secreto? A los diez minutos lo vemos con el disfraz de quien fuera el héroe de su juventud: Zebraman. Ridículo en su traje de cebra, debe enfrentarse a una invasión extraterreste, con un niño paralítico que se descarga desde Internet capítulos del primer Zebraman y la madre de éste. Pero este profesor maduro, una vez transformado en Zebraman, resulta ser la única esperanza de la humanidad.
Con una historia entretenida, pero de la que esperaba más de esa familia y del héroe inadaptado (tiene un aire a Defendor: aquí anterior post sobre Defendor), mucha acción, que imita conscientemente las películas del género Power Rangers, y el recurso de seriales, televisión... para acercarnos más al cine de catástrofes vía Godzilla.
Con su remake de 13 Asesinos ya en dvd y con una seguda parte de este Zebraman, Miike continúa siendo uno de esos directores peculiarísimos (un repaso de Juan Luis Caviario a siete de sus películas): el porn torture de Audition; la violencia de Ichi the Killer; los samurais de 13 Asesinos; el delirio juvenil de Yatterman; las bandas de Crows o los yakuzas de Dead or Alive.
Escribía sobre 13 Asesinos, en un pasado post. Desde entonces cada película de Miike es un nuevo Miike, con el mismo gusto por el exceso.
Teaser de la continuación de Zebraman
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