Hasta hace poco pensaba que esta pregunta era estúpida: un carnicero quiere vender carne; un panadero, pan; y un político obtener votos para gobernar, pero el intento del PP de regular o prohibir el burka o niqab se han encontrado la sorprendente respuesta de que su intención con el tema es ganar votos. Así lo han visto varios periodistas "progresistas" y esta mañana en La Opinión, la directora general Rosal Peñalver (que curiosamente es la las pocas y pocos socialistas murcianos con un discurso interesante). Pero les ha dolido que, junto a la Cospedal/Pasionaria, el PP pueda convertirse en un partido feminista (no de gestos feministas, como el PSOE). Tengo que aclarar que la lucha del PP contra estos símbolos tiene más que ver con su defensar del catolicismo que de la mujer. Pero no importa: lo auténticamente progresista es prohibir el burka y el niqab en todos los edificios públicos, que es lo que ha hecho el PP (aunque no tengo muy claro que prohibirlo en la calle sea democrático).
- La primera respuesta del PSOE para negarse a prohibirlo es que el burka es anecdótico en España. Que hay más prohibicios de burkas, que burkas. Una anécdota, vale, pero brutal. Y, a tener en cuenta la creciente islamización de Europa Occidental, irá a más. Además, una sola injusticia ya sería insuficiente, y de una injusticia y una falta de actuación a tiempo se derivan otras injusticias mayores como deben saber los amantes de la II Guerra Mundial que conozcan la figura de Chamberlain. Por si al socialismo le resulta extraño el ejemplo porque su contrafigura sería Churchill, les basta recordar el poema de Bretch que no es suyo sino de Niemoeller: «Primero se llevaron a los comunistas pero a mí no me importó, porque yo no era comunista...».
- La segunda respuesta del PSOE (y última de momento) es descorazonadora porque dice que el Estado de Derecho no existe en España (y esto trae consecuencias). Éstas son las palabras de la Ministra de Igualdad: "Yo considero que las mujeres que tienen que llevar el burka son víctimas del burka y creo que una prohibición general podría añadir más penalización, precisamente, a las víctimas del mismo.". Como debería saber la Ministra, las mujeres no son víctimas del burka, lo serán de sus maridos o de la umma (esa especie de escalera de vecinos musulmana). Pero la Ministra no anima a las musulmanas a denunciarlos diciendo que en España la Ley actúa. Qué va: "no lo denuncies porque te va a matar". Así podríamos llevarlo al infinito: ahora que hay un repunte de la violencia machista, aguanta la bofetada porque no podemos hacer nada; ahora que unas pocas marroquíes se atreven a denunciar las violaciones a las que las someten empresarios de Huelva (españoles), no hagáis nada porque a lo mejor no podemos protegeros y es peor el remedio que la enfermedad. Las prostituidas a la fuerza, los emigrantes explotados, al que lo torture el clan mafioso o la policía... Aquí en España no podemos proteger a las diez o veinte mujeres (son los cálculos socialistas: hay mas leyes antiburkas que burkas) que se ven obligadas a llevar burka (las hay que lo llevan porque quieren, aunque hay muchos términos del feminismo, que luego nos endosan a los periodistas para que sepamos cómo escribir correctamente, para explicar este fenómeno).
Lo peor es que si los españoles comenzamos a hacernos a la idea de que el Estado de Derecho no sirve (y los despropósitos de los jueces no ayudan), volveremos a la venganza individual. A que la mujer que le prendió fuego al violador se convierta en heroína. Y no es el camino.
Yo, de momento, dejaré votar a cualquier candidato que diga que no quiere ganar votos. O por lo menos mi voto. Lo tomaré como que me está despreciando.
sábado, 26 de junio de 2010
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