Tarde de domingo y el pedigüeño presidente de España, Mariano Rajoy,
navegaba con Angela Merkel. Lograba el Presidente que la alemana le diera un
"me gusta" a sus políticas económicas. Aunque nada de dinero ni
(menos y mi opción preferida) que germanizara España y nos convirtiera en un
land (o dos: Islas
Baleares aparte). Aunque lo piense del español, no me imagino a la
canciller alemana a sus consejeros: "Ya viene este perroflauta de
España, que no ha trabajado en su vida, a pedirme que le salve de su
incompetencia".
Pero en España, en Murcia y en la comarca del Noroeste si necesitas hacerte un
nombre ("hacerte un hombre", parece más propio para ellos) cuanto más zafio mejor. Todo partido político tien un perro que
ladra o muerde... alguna vez enseña la patita. Comprueben cualquier sesión de plenos del Ayuntamiento en
Calasparra, Cehegín, Caravaca...seguro que en una centésima de segundo dan con
el concejal o portavoz que ladra. Si bien es cierto que en el PP es en el partido que más se lleva
eso de "eres tú John Wayne o lo soy soy" (parece más propio: "la tienes más larga tú o yo")... y más si se trata de un
meritorio (un becario) que intenta escalar y pasar de la política local a la
regional.
El último que ha asumido ese papel, el alcalde de Bullas, Pedro Chico, quien
ha afirmado: el PP tiene "que conseguir que los perro-flautas no nos ganen
la batalla en la calle" (en youtube Pedro Chico). Para quien no viva en la comarca del Noroeste o
en la Región
de Murcia, les dejo sus antecedentes que un amigo ha colgado en feisbú (o por
lo menos hasta cuando se refiere a la vida sexual del político): "Tardó
cuatro legislaturas en llegar a alcalde de Bullas y treinta segundos en quedar
como un gilipollas".
Podría escribir ahora lo de "muerto el perro se acabó la rabia"
pero alguna función debe encontrársele a la Audiencia Nacional
y me da que Gallardón la va a utilizar para acallar cualquier disidencia con el
PP... aunque sea disidencia refranera. Terminado el Congreso del Partido
Popular (con algunos alcaldes imputados por corrupción), no leo ninguna
disculpa del alcalde de Bullas, Pedro Chico, o de Valcárcel, o de algún
compañero suyo que se declare avergonzado.
Pedro Chico |
¿Qué necesidad tiene el PP de insultar a los murcianos con tan amplia
mayoría electoral y una oposición oficial de risa y la otra perjudicada por las circunscripciones y la ley electoral? ¿Y qué entiende por perroflautas este partido político? ¿Lo
estudiantes que saldrán a la calle? ¿Los médicos? ¿Los maestros? ¿Las
empobrecidas clases medias? Soportamos la incompetencia de Juan
Bernal y los suyos... y ahora también sus insultos cuando debieran haber
comenzado ese Congreso con una disculpa por arruinar la Región de Murcia (o por
haber nacido: tanto me vale). Y, además, la elección de palabras: "no nos
ganen la batalla". Esas metáforas (¿o no lo son?) bélicas, ¿les
excitan? Hablaba Pedro Chico en el Congreso del Partido Popular del ejército de los suyos, de la Legión (¿añoranza de Franco
y de sus moros violando españolas?): aunque no sé si cuenta entre los suyos (o por cuanto tiempo cuanta entre los suyos y no como el enemigo) a los miles de
votantes del Partido Popular a los que han mentido y que pronto (ya) se encontrarán tan en precario como los millones de parados y los (todavía) pocos que han salido a la calle a protestar o a ocuparla. La calle era de Fraga y se murió y ahora deben encontrar un nuevo sherif.
Pasemos de refrán (dejemos "lo de muerto el perro se acabó la rabia”): ahora al de “sembrar vientos, recoger tempestades”. ¿Cómo escribir una línea de
condolencia cuando al próximo consejero, alcalde o concejal le partan la cara? A
mí ya me resulta imposible.
Ellos hablan de batallas: criminalizan a cualquiera que dé un paso al frente. Pero en una guerra (por muchos uniformados que tengan de su parte) tienen las de perder: a nosotros no nos queda nada o una hipoteca de por vida o la desesperanza de no tener hijos porque además de robar nuestro dinero también han robado la ilusión. Y sobre todo la rabia que crece y crece y acabará en tsunami. Que no aten a sus perros; nosotros pronto soltaremos nuestros lobos… y tienen hambre de siglos.
Ellos hablan de batallas: criminalizan a cualquiera que dé un paso al frente. Pero en una guerra (por muchos uniformados que tengan de su parte) tienen las de perder: a nosotros no nos queda nada o una hipoteca de por vida o la desesperanza de no tener hijos porque además de robar nuestro dinero también han robado la ilusión. Y sobre todo la rabia que crece y crece y acabará en tsunami. Que no aten a sus perros; nosotros pronto soltaremos nuestros lobos… y tienen hambre de siglos.
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