jueves, 6 de agosto de 2009

Aralar y ETA

Después de los dos últimos atentados de ETA, el Ministro de Interior fue claro: "La vía del diálogo se exploró ya tres veces y fracasó las tres veces porque ETA no quiso poner fin al terrorismo. Esa vía está completamente descartada [...] Batasuna nunca, nunca, volverá a las instituciones mientras ETA siga viva". El País publicaba al día siguiente del atentado de Burgos que ETA tiene una estrategia (si se puede decir así) a cinco años vista. Y El Mundo en el último de una serie interesante de reportajes sobre ETA desde sus orígenes también descartaba una rendición y, en todo caso, hablaba de treguas seguidas de nuevos asesinatos, aunque aseguraba que es ETA quien necesita de la negociación. Por tanto, sin posibilidades de que Batasuna (o Batasuna con nuevo nombre) vuelva a estar en las instituciones vascas y navarras, las miradas se concentran en Aralar que tiene una portavoz que habla bastante bien para el cómun de los políticos: Aintzane Ezenarro. Hay que tener en cuenta que este partido en Navarra estuvo a punto de gobernar con los socialistas (Aralar entra dentro de la coalición Nafarroa Bai). Un grupo independentista, de izquierdas (sea lo que signifique para un nacionalista) y que se negaba a formar parte del conglomerado de grupos y personas que apoyan y ayudan a ETA. Pero primero leí una Carta al Director en El País y después una noticia en ABC que me hacen dudar de la posibilidad de que Aralar pueda llegar a condenar clara y definitivamente la violencia. Primero publico la Carta al Director y luego la noticia.



¿Aralar es la esperanza? de Aurelio Arteta
Es de temer que José María Guelbenzu sufriera un ataque de ingenuidad transitoria cuando escribió ETA, la costumbre de odiar, publicado el 30 de julio. Cosas del calor, supongo. Sólo así puede disculparse que culmine su tribuna con esta afirmación: "La valerosa actitud de Aralar o la decisión del Tribunal de Estrasburgo sobre la disolución de Batasuna alimentan la esperanza". Él sabrá en qué radica la valentía de aquel partido, pero no parece difícil mostrar la oposición de su doctrina y de su práctica con la sentencia de ese tribunal. Mientras los jueces europeos refrendan la ilegalización de Batasuna porque su proyecto es "incompatible con la democracia", Aralar se enfrentó antes y después a tal disolución como un atropello antidemocrático. De ahí que haya rechazado cuantas mociones buscaban remover de los ayuntamientos a grupos cómplices del terror como ANV. Aralar se ha abstenido incluso de condenar los recientes atentados etarras, porque no podía solidarizarse con las Fuerzas de Seguridad ni siquiera cuando éstas son sus objetivos mortales. Y es que, según su fundador, autoridad contra la violencia sólo la tiene quien reprueba siempre toda violencia, "sea de ETA o de cualquier otra autoría". Al fin y al cabo, la paz exige que "los cauces políticos, al margen de las ideas de cada uno, sean respetados". En lugar de limpiar las calles de carteles de terroristas presos, promovamos el "respeto recíproco de todos los sufrimientos, la capacidad de reconocer a todas las víctimas, sea cual sea la causa por la que son víctimas...". Semejante perversión intelectual y moral ¿será nuestra esperanza.

Aralar pide que las calles de Pamplona "tengan nombres neutros"
El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, ha discrepado hoy sobre la decisión del Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Pamplona de dedicar una calle de la ciudad al guardia civil Diego Salvá, asesinado por ETA, al entender que "las calles deben tener nombres neutros". En conferencia de prensa para opinar sobre diferentes asuntos de actualidad, Zabaleta ha afirmado que esa neutralidad debe reflejarse en la "toponimia" para dar nombre a las calles o en "valores culturales aceptados y de unión". "La convivencia es la capacidad de los políticos de poder proponer nombres que sean aceptados por todos los sectores de la sociedad", ha subrayado, para advertir sin embargo de que "naturalmente la convivencia no es una de las virtudes de la señora Barcina", alcaldesa de Pamplona. "La convivencia exige respeto al adversario político, en lo que no es ningún ejemplo la señora Barcina. La convivencia exige respeto a las minorías, en lo que no es ningún ejemplo la señora Barcina", ha dicho, tras recordar que la alcaldesa es "una desobediente" de las mociones aprobadas por mayoría en el pleno, como la que instaba a quitar el nombre del Conde de Rodezno, ministro franquista, de una plaza pamplonesa. Al respecto, ha recordado que en la Guerra Civil y en los años posteriores en Navarra hubo 4.350 asesinados "sin juicio, sin defensa, sin posibilidad ni siquiera de haber sido escuchados", un proceso en el que ha enmarcado al Conde de Rodezno, título que continúa dando nombre a un espacio pamplonés. EFE





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