miércoles, 16 de junio de 2010

Apunte sobre la Ley de Libertad Religiosa: los musulmanes y el Concordato

El Gobierno filtró hace unos días el borrador de la futura Ley de Libertad Religiosa. Necesaria pero insuficiente, aquí su desarrollo: Ni crucifijos ni funerales católicos (titula El País).


No sé por qué ha estado amagando durante ocho años el Gobierno con esta ley, crispando a los católicos cuando era una de las primeras medidas que debería haber aprovado. Que lo haga ahora tiene dos motivos: a diferencia de los "sobornos" a los españoles, esta ley no cuesta un duro; por otro lado, le dan un motivo a su electorado más izquierdista para que no los abandone.
Pero es insuficiente: el Concordato con el Vaticano no responde ya a la realidad de los españoles (ni la Iglesia cumple la función que parte de ella tuvo durante la Transición) y no se preocupa de la religión islámica, el mayor peligro que existe para Europa y para los derechos humanos.
Es cierto que tras las prohibiciones catalanes (algunas apoyadas por el PSC) el Ministro Caamaño asegura que limitarán el velo integral en lugares públicos. Como siempre, llegan tarde a todo: en junio del año pasado la Ministra peor valorada del Gobierno, Bibiana Aído, señaló: "En nuestro país, los hombres árabes o musulmanes pueden vestir al modo occidental porque su cultura no les exige que lleven ningún símbolo. Las mujeres, sin embargo, llevan vestidos largos que les tapan el cuerpo y también un pañuelo sobre la cabeza que les cubre el cabello. ¿Por qué las mujeres sí y los hombres no?. No todas las prácticas culturales tienen que ser protegidas y respetadas". Ningún Ministro de nuestro Gobierno había dicho alto tan cierto y tan valiente: no todas las prácticas culturales deben ser protegidas y respetadas (conviene repetírselo). Desde su partido criticaron sus palabras y las feministas no la defendieron.
Total, que la única Ministra (y Ministro) con un poco de coraje del PSOE fue silenciada y condenada a realizar cada dos por tres frases políticamente correctas.

PD. Quería escribir un artículo sobre el problema del Islam en Europa, su mayor problema. Pero estoy leyendo una serie de libros sobre Bizancio, el Imperio romano y su caída (muy parecida las emigraciones bárbaras a las actuales musulmanas) y me he hecho la pregunta de Quiénes eran los romanos. O para decirlo de otra manera: ¿Representamos nosotros la civilización, tenemos una superioridad moral? Sigo creyendo que sí. Pero artículos como éste de El País: Víctimas del oro rojo, consiguen que uno sienta tanta repugnancia que, si creyera en algo, pensaría si no nos estamos ganando la ira divina.

PD2: De todas formas, estoy haciendo una selección de citas de Oriana Fallaci, Hirsi Ali, Bernard Lewis, Houellebecq o Niall Fergusson que espero publicar pronto. Todas alertan del peligro del Islam. Pero en última instancia deben ser nuestras políticas, nuestra capacidad para respetar sus derechos y que cumplan sus deberes, lo que permitirá integrar el Islam (y con un poco de suerte que desaparezca o se convierta en algo folclórico como el catolicismo) en Europa. También tengo una segunda parte sobre Israel y el mundo musulmán, el doble rasero que aplicamos a Israel.





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