martes, 10 de abril de 2012

Rajoy No Logo

Señalaba Naomi Klein en No Logo: el poder de las marcas que "lo principal que producen estas empresas [Nike, Starbucks...] no eran cosas, sino imágenes de sus marcas". 
Fue en 1999 y en estos años la rebelión contra las marcas no ha triunfado; al contrario, estas han pasado a la política: un político exitoso se trabaja como una marca de publicidad.
Bush fue una marca defectuosa ya que devaluó la marca USA; Obama en cambio se ha convertido por un breve tiempo en una marca de éxito global: carteles a lo Andy Warhol Mao o Che, rockeros como Springsteen, eslogan pegadizo: yes we can. Pero ha resultado solo puro marketing publicitario (como cantan los Chikos del Maiz). Al igual que la socialdemocracia europea, el discurso de Obama no se corresponde con las políticas que lleva a cabo.
Zapatero en España buscó diferenciarse de todas las maneras posibles de Aznar y su estilo cowboy que emitaba al tejano Bush (mujeres, artistas, homosexuales, multiculturalismo... una marca de soft power, no solo en política exterior, la de Zapatero que no irritara demasiado -en sus primeros tiempos- pero que tampoco ha tenido demasiados adeptos, a diferencia por ejemplo de la Cool Britannia de Blair -a la larga infinitamente más nociva para Europa la Cool Britannia que el Viva Zapatero: la España de Zapatero vendía cantautores y Almodóvar y la Gran Bretaña de Blair Oasis, Kate Moss, las Spice Girls, Danny Boyle, Lucien Freud...).
¿Qué modelo o marca representa Rajoy? Por un lado se ha alejado de Zapatero pero también de Aznar para recuperar el centro. 
Podríamos decir que es un hombre sin atributos, sin marca. Un Rajoy No Logo: ni se vende ni puede vender la marca España. Pero tal vez su inteligencia resida en eso: es un producto Hacendado, necesario para tiempos de crisis: no tiene que mostrarse ni ingenioso ni inteligente (no habla) para camuflarse entre la mediocridad natural de la población española: lo ves y quisieras espetarle lo de Bogart a Lorre: “-Tú me desprecias, ¿verdad? -Si pensara en ti, te despreciaría.”. 
Su look y su pensamiento "hombre del traje gris" puede suponer un alivio después de dos presidentes que eran todo imagen y nada de sustancia. El problema de Rajoy es que, al carecer de una imagen que pudiera esconder su falta de sustancia, no ha tenido ni esos cien días para que nos demos cuenta de que el rey está desnudo.

PD. Con su barba y su camisa leñador podía haberse construido una imagen irónica en Norteamérica: la nostalgia que sienten los hipsters por ese padre sureño, barbudo, camionero que ponía un plato de comida en su mesa. Aunque a la de España escasa comida va a traer Rajoy.

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