Jesús Neira tuvo su acto de valor, uno sólo, pero más de lo que podremos decir la mayoría de nosostros. Pero la fama (ajena a la gloria) le ha sentado mal. No por el hecho de que lo pillaran conduciendo bebido, sino su justificación: "Si no follo ni bebo para qué quiero vivir".
Es una buena reflexión, pero Jesús, tienes que beber y conducir a la vez... y, además, la próxima vas a meterte a acróbata y echar un polvo a la vez. ¿Y lo próximo? El tirito de coca en el cd en la guantera del coche y el pitillo de después. Además, que suene el Stairway to Heaven y conducir el Pequeño Bastardo.
PD1: Comparar lo de Neira con lo de Nacho Uriarte no tiene justificación: Nacho Uriarte, como muchos jóvenes y no tan jóvenes, cometió el error (no sé si es infracción o delito) de conducir borracho. Después se disculpó: no le he escuchado buscar atenuantes a su conducta. Todo lo contrario de Neira.
PD2. Populismo y política. Al padre de Mari Luz (a lo mejor era Mari Cruz, o ésta es la caravaqueña) le han tentado con la política. Lo mismo hizo Esperanza Aguirre, gran populista, con Jesús Neira. Es algo a evitar. Pero no tan distinto al modo en que Zapatero eligió a Tomás Gómez: leyó un reportaje en El País Semanal en el que Tomás aparecía como el Alcalde más votado de España y se le encendió una bombilla. Vale que era domingo y si trasegamos el cerebro está más espeso. Pero me lo imagino leyendo las recetas del semanal, las ropas que sólo los ricos se pueden permitir (¿el lector de los domingos tiene otro perfil: es más rico que el del resto de la semana?) y los viajes que sólo ellos hacen cuando de repente se topa con Tomás Gómez y suelta "Eureka".
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