sábado, 8 de enero de 2011

Las mejores series de 2010


  1. Rubicon (de Jason Horwitch). Lo más parecido en televisión al John Le Carre de Smiley: lenta, espesa, apenas contiene personajes carismáticos (a excepción de Kale Ingram, mi interpretación masculina del año), intelectual… 

  2. Todo en trece capítulos que terminaron en un anticlimax (al saber que no habrá segunda temporada, podríamos calificarla de coito interrumpido. De todas formas, qué esperaban algunos: qué cruzara historia con 24 y apareciera Jack Bauer); el penúltimo episodio la elevó a los altares; el antepenúltimo ofrece la secuencia del año (Will Travers mirando fijamente una apenas perceptible mancha de sangre en la pared). Un analista de inteligencia descubre, o cree descubrir, una conspiración cifrada en crucigramas de diferentes periódicos. Con su familia muerta en el 11S, deberá decidir si cruza el Rubicón o no. Como con Studio 60, la tristeza de aquella que cantaba Serrat («nada más amado que lo que perdí»), elevará esta serie de AMC donde las obras que hermanen para siempre en la memoria.
  3. Treme (de Eric Overmyer y David Simon). Con decir que David Simon es el cocreador de The Wire y Generation Kill, podemos imaginar que ésta será la serie que marque la segunda década del siglo XXI. Música y política en el Nueva Orleans de después del Katrina. En Treme se narran varias historias: músicos, drogadictos, hermana que busca hermano y, por encima de todos, John Goodman y sus brutales editoriales youtube contra la Administración Bush. HBO no ha querido quedarse atrás frente a AMC. (2012 puede ser un mal año para las dos: "hacer televisión como si fuera cine", según este artículo parece complicado, en los próximos tiempos).
  4.  Sherlock (de Mark Gatiss y Steven Moffat: este último, con Edgar Wright (Scot Pilgrim, post anterior, guionistas del Tintín de Spielberg)). Holmes ahora vive en el Londres del siglo XXI. Y Watson acaba de volver herido de Afganistán. Aparecen Lestrade, Mrs. Hudson, Mycroft y, por supuesto, Moriarty. Moffat ya había realizado Coupling (esa serie mejor que Friends, aunque no que Spaced) y Jekyll. Tres episodios de hora y media en los que los amantes de las novelas de Conan Doyle descubrirán con agrado lo bien que le ha sentado al detective el cambio de milenio. Habrá segunda temporada. BBC, por supuesto
  5. The Big C (de Darlene Hunt). El tema echa para atrás: una madre de familia descubre que tiene cáncer. La intepreta Laura Linney (una actriz que ha tenido que refugiarse en televisión, como hizo Glenn Close o Marie Lousie Parker: triste si no fuera porque la estulticia de productores y la necesidad constante de carne fresca arrincona magníficas actrices). Comedia dramática, como ahora se estilan. Como Weeds, Nurse Jackie (Edie Falco, a quien nunca esperábamos de regreso después de ser tantos años la mujer de Tony Soprano) o Californication. Habrá segunda temporada y duele pensar que nos estamos enamorando de una mujer que sabemos que el cáncer, ese tabú que no se escribe en el título, se nos la llevará para siempre.
  6. Luther (de Neil Cross). «What’s know?», algo así exclama Luther (Idris Elba: el Stringer Bell de The Wire) al finalizar el sexto y último episodio de la temporada de esta serie BBC. Luther es un policía divorciado, solitario, sospechoso de asesinato, que resuelve los casos utilizando las células grises, que diría Poirot. En el primer episodio aparece su Némesis, su Moriarty, en la forma de Alice (Ruth Wilson: compárenla aquí con su papel en Jane Eyre). Si Ingram es el personaje masculino del año, Alice es el femenino. La pareja ideal para la próxima temporada de Dexter (la sexta y, parece, la última). En los primeros episodios imaginas una historia, los dos últimos le dan totalmente la vuelta. El final: el del año.
Obamamanía
Ojeando series para comprar para Reyes, me di cuenta que, a los precios, este año no toca ninguna. Sin embargo, y puede que tenga que ver con la fascinación de los europeos por Obama, por fin se encuentra completa El Ala Oeste de la Casa Blanca en castellano (mejor subtitulada). Probablemente alguien les asegurara a los distribuidores de España: «Obama no deja de ser una pálida copia de Matt Santos/Jimmy Smith, el primer presidente hispano de Estados Unidos». La otra serie completa es The Wire. ¿Tendrá algo que ver Obama con ella? Recordemos que, cuando le preguntaron, aseguró que su personaje favorito era Little Omar, el traficante homosexual de The Wire.
―Conspiración republicana y masónica:
En Telecinco alguien quiere hundir a la Monarquía, no nos explicamos el esperpento en que convirtieron Felipe y Letizia (en cambio: 23 F, el día más difícil del Rey, no tiene demasiado que envidiar a las series basadas en sucesos reales extranjeras). Realmente pocos apostaban por ella: pero nada tan antimonárquico desde el intento de asesinato de Alfonso XIII en su boda.
―Propósitos para 2011
1. Ver Hispania para descubrir por qué Ana de Armas está tan buena y Galba es tan malo. 2. No terminar jamás Lost. 3. Ponerme al día con Mad Men, Breaking Bad y Sons of Anarchy. 4. Atreverme con Águila roja.


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