miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Qué es el federalismo?

Qué entendemos, o qué entiende los políticos por federalismo, sería algo digno de conocer. Desde el PSOE, por ejemplo, se habla de "federalismo" y cualitativamente no difiere del actual Estado de las Autonomías; en el PSC se habla de "federalismo" y tiene más que ver con una España donde no todas las Comunidades Autónomas puedan llegar a tener las mismas competencias (aquí es importante el "poder llegar a tener"; en Extremadura ya han dicho que ellos no tienen capacidad para asumir nuevas competencias, pero no es esto de lo que se trata, sino de que Cataluña sea algo distintivo: una flor de lis, una letra escarlata, pero en positivo).

Probablemente esta división dentro del socialismo español impida que España se llame Estado Federal. Pero, comparándonos con Suiza, Estados Unidos o Alemania, algunas competencias de nuestars Autonomías no las tienen los estados o lander de esos países.
Que España sea federal o confederal, tiene una importancia más que teórica: los distintos gobiernos autonómicos se han mostrado incapaces de frenar el endeudamiento y deseosos de asumir competencias que, por tenerlas ellos, no hacen más cómoda la vida del ciudadano, último sentido de la descentralización, no los agravios del centralismo.
Porque éste es el problema que explicaba Cercas en El fracaso de la izquierda en Cataluña, que el PSC no debe seguir la senda nacionalista: "no solo es posible no ser nacionalista -nacionalista catalán o español o moldavo-, sino que es indispensable, al menos si uno se reclama de izquierdas, dado que el nacionalismo es, aquí y en Moldavia, una ideología reaccionaria, incompatible con los principios más elementales la izquierda". Esta claudicación al nacionalismo le ha costado al PSC en las autonómicas catalanas: "baste recordar que en las últimas generales el PSC cosechó 1.600.000 votos, mientras que en las últimas autonómicas no ha llegado a los 600.000: más de un millón de votos de diferencia. Ese es el verdadero problema: el de todos los ciudadanos que no se sienten concernidos por el tradicional catalanismo de izquierdas del PSC, no, cabe conjeturar, porque sea de izquierdas, sino porque está colonizado por el nacionalismo".
Qué hacer entonces. Para Cercas, construir un discurso de izquierdas alejado del nacionalismo, un discurso para ciudadanos.
Jordi Gracia, por su parte, en La izquierda federal intenta completar las reflexiones de Cercas: la izquierda tiene que ser federal. Primero, y evidentemente, hay una crítica al Partido Popular (Pelayo, llama a Aznar) y al PSOE (pero, claro, por seguir el rebufo del PP y del Constitucional). Ahora bien: intenten buscar en el texto de Jordi Gracia qué entiende por federal. No lo encontrarán: "El PSOE es el partido que desde cualquier punto de vista debería liderar un proyecto de España federal, por mucho que nadie tenga hoy la fórmula técnica y específica que adoptaría esa culminación federal de lo que es ya una forma atípica de federalismo. Pero presumiblemente podría neutralizar las tiranteces calculadas y a menudo magnificadas entre Estado y autonomías, que nacen en gran medida de esa falta de concreción federal (lo advirtió hace más de medio siglo Josep Ferrater Mora, cuando no había ni siquiera democracia)".
Si nadie tiene la fórmula técnica y específica, de qué estamos hablando. Es cierto que podríamos pensar en un Senado como cámara territorial a la manera de Estados Unidos. ¿Pero aceptarían catalanes y vascos, por ejemplo, que su voz valiera la misma que la del murciano y extremeno? Lo dudo. Porque ellos no hablan de eso.
Junto a este Estado Federal que el PSOE no puede instaurar por sí solo (y dudo que los más lúcidos de ese partido quieran), se encuentra la crítica del PP (y UPyD) a las autonomías, la necesidad de recortar sus competencias. Aunque esta idea de Aznar y las FAES no ha recibido la aprobación del PP que conoce, igual que todos nosotros, lo que eso significaría. Y más antes de las elecciones.
Cuando se crearon las autonomías, algunos, como el catalán Tarradellas, advirtió que el hecho de que estas se generalizaran solo crearía problemas en el futuro. Tenía razón. Entre los nacionalistas gallegos, vascos y catalanes ha aumentado el independentismo; surge en Mallorca y en Valencia...; y hasta murcianos y manchegos muestran en ocasiones hacia las críticas a su Comunidad la misma necesidad de defender las esencias que los otros. (Dentro de poco, todas tendremos nuestra Plaza de Oriente para manifestaciones de damas ultrajada).
Un error, el Estado Autonómico, pero del que ya no podemos hacer nada. Yo hubiera preferido que me gobernaran desde Madrid, Bruselas o la Luna, cuanto más le ves la cara a tu Presidente, Diputado, Alcalde, etcétera, no es que tengas claro que te roba, sino su incompetencia, su absoluta nulidad. ¡Qué vengas los tecnócratas del Opus! Evidentemente no pienso esto: pero cuando nuestros presidentes piden nuevas competencias lo ideal sería que nos explicaran cómo va a mejorar nuestar vida que Valcárcel, Camps, López o cualquiera las tenga y no el Gobierno central. Que alguien nos explique para qué sirven diecisiete defensores del menor, de la mujer, del consumidor, televisiones y radios miles... Para nada.
PP y PSOE deberían ponerse de acuerdo en esto: hay que reformar las autonomías para que no haya instituciones repetidas, pero, como está el patio, déjenles a las 17 todos los símbolos identitarios y hasta que hablen de derechos de los pueblos como otros hablan de derechos de los animales (no sé la diferencia entre un nacionalista y un animal). Estamos en el siglo XXI. Pero como si fuera el XIX.
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