miércoles, 2 de febrero de 2011

Portlandia: la serie que demuestra que hay vida tras Sleater-Kinney


Portlandia comienza con el personaje de Fred Armisen encontrándose con el de Carrie Brownstein (guitarra y voz en Sleater-Kinney) en L.A. y mudándose los dos a un sitio donde se vive como si siguiéramos en los 90: Portland.

En ese momento, una cancioncilla a lo Flight of Conchords, que recuerda qué bueno era vivir en los 90. Después bromas sobre camisas, productos ecológicos, adicción a Internet... Un arsenal de chistes que, me temo, acabará cansando (aunque la primera temporada solo tiene 6 episodios, como si fuera inglesa). No tiene argumento, funciona a base de sketchs, las preguntas a la camarera sobre el pollo, cómo ella le enseña su árbol genealógico y cómo no se quedan convencidos y deciden ir a la granja a ver qué tal vive, esa escena es antológica; en cambio, la de Steve Buscemi encerrado en la tienda no es demasiado graciosa, ni la del escondite. Algo mejor la secta. Irregular en su primer episodio; a mí se me escapó un nombre de una persona (es decir, a quien tenga diez años menos que yo se le escaparán más, aunque no para hacerse incomprensible). Dedicada para quien vivió la época y la recuerda sin nostalgia o una nostalgia que te permite reírte de ti mismo, no llega al humor sangrante con el que cualquier británico, un Gervais, hubiera tratado el tema.

PD. Evidentemente, no recuperamos a Sleater-Kinney en el primer episodio (yo esperaba algún número musical), quizá más tarde, y dependiendo de cómo acabara la banda.

Comienzo musical de la serie (sin subtitular la canción, pero se entiende).

PD2. Pensaba que me aburriría, pero la he disfrutado.

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2 comentarios:

monstruobot dijo...

Me animé a verla después de leer esta entrada.
Más allá del mensaje aplicado en su contexto, miro alrededor y creo que España no ha logrado pasar aún de los 90. Qué miedo...

Unknown dijo...

Somos una sociedad imitativa con algunas décadas de atraso. Eso no significa, con tanto vueltas y revueltas de ideas, de modas que no vayamos a coincidir. Lo que imagino es que habrá un sector norteamericano que también todavía viva anclado en los 90.