«Y que esto nos pase a nosotros y permanezcamos impasibles durante ya 16 años: un pueblo que en 1873 se alzó de la manera más enérgica y atrevida, apoderándose de la flota nacional y acuñando su propia moneda, constituyéndose en Cantón; un pueblo que fue el último en caer ante el dictador en la Guerra Civil española… quién nos ha visto y quién nos ve».
Escribía así una política cartagenera en el diario digital Teleprensa días antes de las elecciones. Una manera como otra de halagar al votante que mueve a risa. Folclore puro. Quien escribe esto no es regionalista, sino socialista, un partido, cuyos antepasados, Marx y Engels, criticaron sin misericordia el levantamiento cantonal de Cartagena. Mientras que, si Cartagena no cayó antes, fue por su nula importancia: la tenía, y mucha, pero los republicanos fueron tan ineptos con la flota (que la poseían en su totalidad) que perdió casi cualquier valor estratégico el puerto de Cartagena. ¿Llamada a la insurrección? Parecen los Vientos del Pueblo en versión cómica.
Siempre he defendido que la historia no la hagan solamente los otros, que no se aprovechen de las glorias, y los males, de España. Decía León Felipe: «Por qué hemos dejado de historiar a los facciosos, si la historia de España es nuestra […] Sí, sí, la noble historia de España es nuestra, la épica, también. El Cid y Don Quijote son nuestros». Pero la historia con la que los socialistas halagan a las masas no difiere en nada de la de los populares: folclore en lugar de historia, tópicos manidos…
No conozco Cartagena salvo por su Festival de Jazz y la Mar de Música; su Alcaldesa me produce vergüenza ajena (pero desde Ross y Rachel en Friends todo y todos me producen vergüenza ajena).
Debe haber maneras más fácil de pedir, y obtener el voto, que halagando “a las glorias deportivas que campean por España…”, sobre todo si, como dice la misma política: « el gobierno de Pilar Barreiro no ha presentado aún los Presupuestos para este ejercicio y, por supuesto, tampoco la liquidación de gastos de 2010 ¡faltaría más!. Se nos olvida que nos abren un hospital, con parking “de pago”, y nos cierran los demás ¿acaso Cartagena no se merece más de un hospital?. Se nos olvida la gran cantidad de gasto que nos han supuesto los interminables Auditorio (60 millones) y Palacio de Deportes, amén de los 780.000 euros gastados en las diversas esculturas “imprescindibles”, suponemos por lo cuantioso, para nuestra ciudad. Ignoramos la cantidad de obras, realizadas con el Plan E, en barrios y diputaciones, que fueron inauguradas pero permanecen cerradas por falta de equipamiento por parte del Ayuntamiento. Se nos olvidan las nefastas medidas llevadas a cabo una y otra vez contra nuestra envidiable, al menos hasta la fecha, Sanidad y los embistes contra Educación, porque les recuerdo que ya ha desaparecido el Bono-libro. Se nos olvida que los cartageneros no tenemos derecho a trabajar en el aeropuerto de Corvera: otra buena decisión del tándem Barreiro-Valcárcel».
Pues nada, que se levante Lanuza, los comuneros de Castilla, el Cantón de Cartagena, Fermín Galán y qué viva la Pepa.
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