viernes, 8 de julio de 2011

Drive angry: las uñas, la tibia, la pequeña muerte...

En una secuencia el protagonista se tira a la rubia siliconada cuando aparece un grupo de matones y, sin dejar de follar, monta una carnicería. Los franceses llaman al orgasmo la petite mort, que en este caso de pequeña no tiene nada. El protagonista es Nicholas Cage y, en la habitación de al lado, a chica, que siempre aparece en estas películas, su ligue le pinta las uñas de los pies, como a una Joan Bennet cualquiera de Fritz Lang. El malo, por su parte, usa como arma la tibia o el peroné o (la anatomía no es lo mío) de la hija de Cage.
Mucha sangre, algo de gore que provoca la risa, algún desnudo, rugido del motor... otra muestra de cine palomitero (rodada en 3D, no sé para qué), que un crítico ha definido:
"Un ejercicio de deliberada vulgaridad, burdo exceso, y pornografía de la violencia (...) La ambición de 'Drive Angry 3D" es hacer un grindhouse de serie B tan excesivamente increíble, que incluso Quentin Tarantino debería mandarles flores (...)".
Lo mejor, Amber Heard y el disparatado Cage (con Al Pacino, con Affleck, con De Niro, el peor actor de la actualidad: aunque me cae bien). Lo peor: la banda sonora de Michael Wemacher, quien debería haber apostado por el electropopper o por el reggaeton y no tanto rock.
Para no perderse la filmografía del director, Patrick Lussier.

PD. No encuentro un fotograma de las uñas pintadas de Amber Heard... Lástima, hoy he comido fetichista.
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