miércoles, 7 de agosto de 2013

El crisol de Dios, de David Levering Lewis

David Levering Lewis, ganador de dos premios Pulitzter (por su biografía en dos tomos de W. E. B. de Duboi), ha publicado en la editorial Paidós Orígenes El crisol de Dios. El Islam y el nacimiento de Europa (570-1215).

Entre la cita de Edward Gibbon sobre las consecuencias de una victoria árabe en Poitiers ("Quizás en las escuelas de Oxford se enseñaría ahora la interpretación del Corán, y sus púlpitos demostrarían a un pueblo circuncidado la santidad y la verdad de la revelación de Mahoma") y las ventajas que, según los franceses Jean-Henri Roy y Jean Deviosse, hubiese tenido la derrota de Carlos Martel: astronometría, trigonometría, numerales arábigos, el corpus de la filosofia griega ("habríamos ganado 267 años" o "podríamos habernos evitado las guerras de religión"; David Levering Lewis se aproxima a los segundos cuando señala: "la nueva civilización musumalna, que Táriq ibn Ziyad y los pocos miles de guerreros bereberes que lo acompañaban estaban a punto de transferir desde el norte de África hasta hispania, llevaba implícita la promesa de un renacimiento europeo".
Esta obra -que no es un ensayo, más bien una crónica- comienza con esos dos Imperios, el persa y el romano, que, exhaustos tras tanto enfrentarse, dejaron el camino expedito a la conquista árabe hasta la batalla de Poitiers.
David Levering Lewis
O no. Porque Poitiers se ha mitificado como el nacimiento de Europa, pero antes de Poitiers, en el año 721, Odón venció en Toulouse a los musulmanes ("sin la cual -la victoria de Odón, duque de Aquitania- gran parte de la Galia podría haber desaparecido engullida por el Dar al-Islam") y después de Poitiers "el ritmo de la guerra santa no se vio interrumpido. En lugar de ser un punto final definitivo, el año 732 representó un punto álgido significativo en la gráfica de la invasión islámica. A Hicham I se le había agotado la paciencia [...] La yihad de 739-740 superó con creces lo ocurrido en Poitiers y las repeticiones de la década de 730 tanto en escala como en estrategia. Sabemos esto, pero desconocemos gran parte de los detalles.".
Fue la rebelión bereber lo que, en principio (además, las sociedades avanzadas prefieren el comercio a la guerra: buscan otros que la hagan por ellas), acabó con la expansión musulmana por Europa (Isidoro Pacense utilizó por primera vez el neologismo "europenses" tras Poitiers, "una metacategoría que sustituiría a la llorada y perdida civitas romanum") y "a finales del siglo VIII, Europa era lo suficientemente fuerte en lo militar para defenderse del islam, gracias en parte a Carlomagno y sus predecesores. La pregunta era si también era capaz de hacerlo política, económica y culturalmente".
David Levering Lewis, en paralelo, narra las vicisitudes de los reinos europeos tras Carlomagno, el esplendor de la España Omeya, los primigenios reinos cristianos y los reinos de taifas, las invasiones almorávide y almohade..., hasta llegar a la batalla de las Navas de Tolosa que, en palabras de al-Máqqari, "esta derrota puede ser considerada como la verdadera causa del subsiguiente declive del África occidental y al-Ándalus". Aunque el historiador norteamericano prefiere quedarse con otra circunstancia ("Las Navas de Tolosa fue la primera batalla librada exclusivamente en calidad de musulmanes y cristianos: una guerra de civilizaciones") que, con otras, como la yihad carolingia en Sajonia, las matanzas de judíos por parte de los almohades y de los cristianos y el antecedente fanático de los mártires mozárabes (a mediados del siglo IX)
llevarían en el lado europeo al Cuarto Concilio Laterano y las cruzadas en Tierra Santa, España, contra los albigenses, el código de vestimenta obligatorio para judíos y musulmanes en Europa... Y en tierras de dominio musulmán una secuencia parecida. David Levering Lewis cierra su libro con una inscripción en la gran mezquita de Córdoba: "Albergó lo que vino antes. Iluminó lo que vino después".
Votar esta anotación en Bitácoras.com

0 comentarios: