martes, 10 de junio de 2014

Reinos desaparecidos: la historia olvidada de Europa, de Norman Davies

"Así sea, Señor, tu trono jamás desaparecerá,/como sí perecen los orgullosos imperios de la Tierra...". El himno, al que puso letra John Ellerton y cuya melodía St Clement es de Clement Scholefield, fue interpretado a petición de la reina Victoria en su sexagésimo aniversario.Cuando escuchaban los británicos The Day Thou gavest Lord is ended el Imperio británico estaba en su momento de mayor esplendor; en 2011, cuando el historiador Norman Davies terminó Reinos desaparecidos: la historia olvidada de Europa, una parte de Irlanda ya no formaba parte de Gran Bretaña; tal vez en breve -si Escocia se independiza- no existe Gran Bretaña como tal.

El historiador "reune el rastro de naves de Estado que se hundieron e invita al lector, aunque sea sobre el papel siquiera, a contemplar con placer cómo los galeones destrozados enderezan sus mástiles caídos, levan anclas, cómo se hinchan sus velas y retoman el rumbo a través del oleaje del océano". Aunque finaliza con la conclusión "Cómo mueren los estados", donde repasa brevemente lo que pensaron filósofos, teólogos y políticos (Aristóteles, Hobbes, San Agustín, Bakunin, Lenin...) sobre la desaparición de los estados y dónde se sitúa el debate actualmente (la desaparición de la URSS y posteriormente de Yugoslavia atrajo la atención sobre el tema), su libro no pretende extraer una teoría general.
Recoge diferentes historias, reinos que en su momento fueron predominantes, como el de Aragón o Bizancio, junto a otros que no duraron más que un día, Rutenia (que no la Ruritania donde Anthony Hope sitúo El prisionero de Zenda); cada uno además en el que resalta alguna parte de su historia (en el caso de EIRE, la baladas; de Tolosa busca sus huellas en su "heredero", Toledo, en la actual España; la URSS desde la perspectiva estonia; Burgundia, que ha dado nombre a distintas épocas y regiones, su conocimiento actual, tanto en libros publicados como en la Red...).
Casi todos los reinos desaparecidos los ha recorrido el autor y, generalmente, comienza buscando las huella que ha dejado, continúa con la evolución del reino y termina con lo que quienes lo moran conocen de él (Etruria, por ejemplo, ha sido olvidada, encajonado el reino entre otras épocas gloriosas; Aragón ha sido relegado: "su memoria no ha sido adoptada ni por el nacionalismo español, ni por el nacionalismo catalán y ni siquiera por el particularismo provincial aragonés"). Cada capítulo consta de varios mapas donde se ve la evolución del reino, genealogías, monedas... Consigue lo que se propone en el prólogo: "subrayar el contraste entre el tiempo presente y los tiempos pasados y explorar cómo funciona la memoria histórica". Un libro en el que recoge reinos de periodos y regiones de toda Europa (algunos ocupan en distintas épocas la totalidad o parte del espacio de un reino anterior).
Solo cabe reprocharle a sus editores españoles no haberse esmerado con la amplísima bibliografía: tal vez sean escasos, pero algunos de los títulos que cita Norman Davies sí han sido traducidos a nuestro idioma, lo que evidentemente no ignora Galaxia Gutenberg: ¿desidia o  no querer citar libros publicados por otras editoriales? En cualquier caso una lástima en un libro por lo demás muy cuidado.

The Day Thou gavest Lord is ended 




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