miércoles, 28 de enero de 2015

Renta básica

La Presidenta de los andaluces ha dado por roto su pacto con IU-Verdes y ha convocado elecciones, lo que nos ha llevado a los medios de comunicación a) a tratar la noticia como una canción de Víctor Manuel: ¿quién puso más, los dos se echan en cara? b) a alabar la valentía de Susana Díaz dispuesta a enfrentarse la primera, y en una comunidad autónoma hostil, ya saben su partido no ha gobernado Andalucía desde comienzos de la democracia, a Podemos c) a relacionar el adelanto de las elecciones con su embarazo y/o con su salto a la política nacional.



La Presidenta se ha abonado a la opción a) señalando, sobre la ruptura con IU-Verdes: "Es como si en una pareja de novios o recién casados alguien le dijera a su pareja: 'Dentro de 6 meses vamos a analizar nuestro posible divorcio'". Hemos mostrado un interés menor -ninguno- sobre los compromisos incumplidos del PSOE andaluz al firmar el pacto con IU-Verdes y sobre si eran realizables o un brindis al sol: promesas que se hacen la noche de bodas, en el lenguaje de la Presidenta de los andaluces.
Uno de esos compromisos acordados fue el de una renta básica -creo que no universal, tan solo para las familias en riesgo de exclusión- en Andalucía.
Lo bueno de la renta básica, respecto a otras propuestas socialistas (no propuestas del PSOE, sino socialistas o tendentes al socialismo: la renta básica universal no equivale a socialismo), es que de ésta se puede saber fácilmente el número de beneficiarios y su coste para el Estado: por ejemplo, ¿son beneficiarios solamente los nacionales? ¿si reciben el dinero los menores de edad, sus padres son quiénes se lo administran? ¿quienes superen tal cantidad fijada de ingresos también la reciben? ¿el ciudadano debe compensar de alguna forma esta renta, demostrando que ayuda a un dependiente o colaborando con asociaciones benéficas, culturales, deportivas...?
Como ven, antes de realizar un presupuesto se pueden responder todas estas preguntas y calcular el coste exacto para el Estado, para los españoles (un rico, por ejemplo, no la recibiría en dinero contante y sonante pero se le descontaría de los impuestos; una mujer maltratada podría independizarse económicamente de su marido; los cooperativistas, a su sueldo, añadirían el plus de la renta básica, por lo que podrían fundar empresas competitivas... Algunos ejemplos más ofrece Luis Fernando Medina en su ensayo El fénix rojo.
Desde una perspectiva socialista, además, el derecho a la renta básica tiene un fundamento claro, ya que encarna el principio de propiedad colectiva sobre la riqueza de la sociedad. En palabras de Luis Fernando Medina, “los individuos tienen derecho a un ingreso mínimo porque, como miembros de la sociedad, son copropietarios de toda su riqueza. Vistas así las cosas, un individuo tiene derecho a vivir de la renta que genera la parte de riqueza de la que es propietario”.
Desde una perspectiva liberal seguro que existen argumentos en contra, no sé si más razonables que los socialistas; lo triste es que hemos dejado pasar la oportunidad de abrir un debate importante y en Andalucía lo hemos rebajado a un asunto de cuernos o a gastar tinta en alabar a esa española sola frente al peligro de Podemos.
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