miércoles, 27 de mayo de 2015

Contra la memoria, de David Rieff

El reportero David Rieff escribió "Contra la memoria" tras vivir de cerca (en las colinas de Bosnia) cómo puede afectar la memoria histórica colectiva al presente, en un tiempo además en el que "la industria de la memoria", como la denomina Pierre Nora, se sobreestima y se menosprecia la historia (esta última trata de establecer la verdad, mientras que la memoria suele instrumentalizarla para sus intereses, bien de clase, de raza, nacionales...), una sociedad que por añadidura vive ensimismada en una cultura de la queja.
Breve ensayo en el que, en primer lugar, duda del valor del término "memoria histórica colectiva": “Simplemente no se puede conjugar el verbo recordar en plural a menos que nos refiramos a los que presenciaron lo recordado, pues recordamos en cuanto individuos, no como colectividades”.

Una memoria histórica colectiva que en muchos casos puede ser inocua (cita en varias ocasiones España y la ley de Zapatero o los intentos de Garzón para enjuiciar a Pinochet) pero en otros no: Irlanda, la antigua Yugoslavia, Palestina (ésta memoria es dada más a recordar los agravios, al rencor que a la conciliación).
Al contrario que el filósofo Kant y muchos defensores de los derechos humanos, David Rieff está convencido de que puede existir una acción justa con algún elemento injusto, que la verdad es importante, “pero ha de llegar el momento en que la necesidad de alcanzar la verdad no deba suponer que está por encima de toda otra consideración”, "que lo que garantiza la salud de las sociedades y de los individuos no es su capacidad de recordar, sino su capacidad para finalmente olvidar”. 
No prescribe David Rieff el inmediato olvido después de un crimen, pero cuanto antes mejor: “Reitero, lo mínimo que se puede afirmar es que la paz es siempre urgente. Sin paz, los asesinatos prosiguen sin cesar. Los que afirman que no puede haber paz sin justicia sencillamente se están engañando a sí mismos”.
Finaliza con dos poemas, ambos de Wislawa Szymborska, uno de ellos, La realidad exige, dice así en sus primeros versos: "La realidad exige que también se diga: la vida sigue. Siguen en Cannas y en Borodino y en Kosovo Pole y en Guernica".

David Rieff conoce bien la Historia de España, su Transición, la Ley de Memoria Histórica del Gobierno socialista de Zapatero, y los intentos de sus jueces para juzgar por violación de derechos humanos a variados dictadores. No considera que la Ley de Memoria Histórica sea letal, aunque se pregunta qué hubiese ocurrido con parecida ley o con intentos de jueces como Garzón para juzgar a Pinochet si se hubieran llevado a cabo en España tras la muerte de Franco.
Sin embargo, en clave española, más que la ley de memoria histórica, "Contra la memoria" interesa porque puede abrir un nuevo debate: frente al "no hay paz sin justicia" que defendemos muchos, quizá la mayoría de españoles, en el caso de ETA, si no llegará un momento "cuanto antes mejor" en el que para poder convivir en el País Vasco debiéramos todos tratar de olvidar.



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