miércoles, 21 de julio de 2010

Lapidación en Irán: cuatro testigos en el adulterio

Según Amnistía Internacional, Irán ejecutó a 388 personas el año pasado, el segundo mayor número después de China que tiene 20 veces más de población, y ya lleva al menos 126 ajusticiamientos este año.
Parece ser que de momento no será lapidada Sakineh Mohammadi Ashtiani, aunque ya ha advertido Bernard - Henry Lévy de que puede ser asesinada de cualquier otra forma, como ahorcada. No sé qué podemos tener en común con un pueblo que basa sus leyes en el Corán (o en la Biblia) y el nuestro con la Declaración de Derechos Humanos, y creo que sería el momento de proponer un nuevo tipo de colonialismo o imperialismo porque hay muchos pueblos todavía que se encuentran en la infancia: desde Haití hasta Irán.
Pero, como explica el abogada de la condenada por adulterio, la lapidación no se encuentra en el Corán, sino en la ley iraní tras la Revolución de Jomeni.
Pero además de lo ridículo que nos pueda parecer que castiguen a alguien por lapidación, esta mañana estaba leyéndome Las grandes conquistas árabes de Hugh Kennedy, que Mugira, comandante de las fuerzas musulmanas cuando conquistaron Iraq, cometió adulterio con una mujer. El califa Umar iba a castigarlo y llamó a los testigos, de los que tres aseguraron haberlos visto follando, pero el Corán estipula que una condena por adulterio requiere el testimonio inequívoco de cuatro testigos. Umar flageló a los tres testigos. En ninguna de las noticias que he leído sobre Sakineh M. Ashtianí hablan de testigos presenciales. Ella confesó tras la tortura.
Los libro sagrados son estupideces, divertidos si te los tomas en el mismo plan que la Odisea o la Iliada. Nada más. Pero estos puritanos se saltan sus propios libros cuando les da la gana.
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