domingo, 15 de agosto de 2010

La impunidad en la política española

La mayoría de los políticos españoles viven con el miedo a tomar decisiones que puedan resultarles perjudicales: prefieren no aplicar la Ley, tampoco desacatarla, más bien mirar para otro lado o esconder la cabeza como la avestruz. En general, les funciona. Pero mientras tanto la democracia se degrada, surgen más y más focos de impunidad.
Pongamos algunos ejemplos:
En Murcia: en La Fama o Lo Campano hay varios pisos francos de sobra conocidos donde se trapichea con droga. Una vez al año se hace alguna redada, llevan presos a tres o cuatro camellos, avisan antes a la prensa (todos los años sale una foto en la que los gitanillos les enseñan el culo a la Policía) para que cubran la redada. Y ya está, eso es todo. Probablemente piensen: "Si están en La Fama o en Espinardo, no están en otras zonas de Murcia. En Alfonso X o en Zara donde tal vez viven quienes pagan nuestro sueldo".
- Con los aparcacoches sucede algo similar: aunque no siempre es culpa de las fuerzas de seguridad, sino de las leyes que los sacan a la calle a los dos días porque ni tan siquiera saben de qué país son para expulsarlos. En general, si no les das dinero, no pasa nada. Pero no siempre. Y tampoco es lo importante.
En Caravaca de la Cruz: los botelleos, las cuervas donde participan menores de edad están a la orden del día. ¿Pero para qué molestarse? Lo mismo ocurre con la suciedad de las calles. Tal vez para el próximo Año Santo, si viene el Papa Santo de Roma, quiten la mierda de la ciudad.
En Tarragona: Ayuntamientos del PSC y de CIU han decidido pactar con los manteros (aquellos que venden mercancía ilegal), ya que no son capaces de echarlos por lo menos que no la vendan en zonas turísticas. Como si el cura le pidiera a la puta: "Oye, cierra el quiosco a la hora de misa que no me viene nadie".
En Barcelona: Otro año más las Fiestas de Gracia vuelven a ser noticia. Son unas fiestas por las que sentía especial cariño: barras y refugios engalanados, música en todas las calles y plazas (además, lo mismo sardanas que pachangueo que canción protesta), calimocho, canuto, convivencia entre generaciones... He ido un par o tres de veces. La última acabé en una plaza donde se juntaba el movimiento okupa e independentista, sus banderas catalanas con la estrella roja, sus carteles de Paisos Catalanas, etcétera. La última vez que estuve en las Fiestas de Gracia los vándalos se dedicaron a destrozar las casetas que con tanto empeño habían decorado las peñas. Fue el principio: en muchas zonas se ha convertido en un escaparate para el movimiento europeo de los violentos que han encontrado en esta Barcelona su nueva meca, como si fuera la capital de las bombas de los años 30. La última barrabasada: el homenaje a una colaboradora de ETA (facilitó datos sobre la víctima). El PSC se ha lavado las manos: la paz social, ya saben. No molestemos a nadie, no creemos conflictos...
Así se crean zonas de impunidad en España incompatibles con una democracia.

PD. Esperemos que la Fiscalía tome en cuenta la denuncia del Partido Popular. Por lo menos, uno de los poderes del Estado, la Justicia, habrá decidido asumir su responsabilidad.
PD2. Frente a la actitud del PSC, la valiente del PSE y del Presidente vasco Patxi López.
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