El bosque petrificado (Archie Mayo, 1936), además de ser una magnífica película, tiene dos aspectos a destacar: la manera casi animal en que Bogart mira a la cámara (casi como en El último refugio, después sus personajes sería más sofisticados) y el declive de actores tipo Leslie Howard.
Sobre todo en la década de los 40, el público tiende cada vez más a identificarse con el tipo duro que interpreta Bogart, Mitchum o Lancaster. Es cierto que en los 30 el propio Bogart, Raft, Robinson o Cagney actuaban. Pero se trataba de policiacos sin la ambiguedad del género negro: uno o una no se sentían tan atraídos por esos personajes como por los que, buenos o malos, tienen algún conflicto moral o trauma, sus tonos son grisáceos, no blancos y negros.
Además, y es muy importante, el cine huye del teatro: las conversaciones teatrales no casan con el nuevo cine hasta la aparición de Tennesse Williams. En este sentido, también es paradigmática El bosque petrificado porque se basa en una obra de teatro de Robert Sherwood con guión de Delmer Daves (buen director, mejor guionista) en la que tanto Bette Davis como Howard hablan de una manera teatral, poética (casa con sus personajes) mientras que Bogart y su manera de escupir palabras con su voz gutural marcan el cine que se hará a partir de entonces, más cercano a una supuesta realidad: a ver cómo hablaban los gangsters.
Leslie Howard era un magnífico actor que murió en el aire derribado por los nazis en 1943: había participado en varias obras maestras: Secretos, Cautivo del deseo, la Pimpinela Escarlata, Los invasores y Pigmalión (casi mejor que el musical My Fair Lady). Y, por supuesto, Lo que el viento se llevó (donde le ocurre algo similar a lo de Bogart, pero con Gable).
Sirve de ejemplo Leslie Howard, pero hubo otros muchos actores que no pudieron hacer nada con los duros de Hollywood: Melvyn Douglas, Herbert Marshall, Robert Cummings, etcétera.
PD. Si parece que Erroll Flynn fue un agente nazi que se hacía pasar por simpatizante de la República, de Leslie Howard se dice que fue espía británico.
PD: Lo peor, sin embargo, no fue la desaparición de estos actores como principales, sino que el cambio de gustos del espectador hacia la acción nos privó de las grandes películas para mujeres.
Sobre todo en la década de los 40, el público tiende cada vez más a identificarse con el tipo duro que interpreta Bogart, Mitchum o Lancaster. Es cierto que en los 30 el propio Bogart, Raft, Robinson o Cagney actuaban. Pero se trataba de policiacos sin la ambiguedad del género negro: uno o una no se sentían tan atraídos por esos personajes como por los que, buenos o malos, tienen algún conflicto moral o trauma, sus tonos son grisáceos, no blancos y negros.
Además, y es muy importante, el cine huye del teatro: las conversaciones teatrales no casan con el nuevo cine hasta la aparición de Tennesse Williams. En este sentido, también es paradigmática El bosque petrificado porque se basa en una obra de teatro de Robert Sherwood con guión de Delmer Daves (buen director, mejor guionista) en la que tanto Bette Davis como Howard hablan de una manera teatral, poética (casa con sus personajes) mientras que Bogart y su manera de escupir palabras con su voz gutural marcan el cine que se hará a partir de entonces, más cercano a una supuesta realidad: a ver cómo hablaban los gangsters.
Leslie Howard era un magnífico actor que murió en el aire derribado por los nazis en 1943: había participado en varias obras maestras: Secretos, Cautivo del deseo, la Pimpinela Escarlata, Los invasores y Pigmalión (casi mejor que el musical My Fair Lady). Y, por supuesto, Lo que el viento se llevó (donde le ocurre algo similar a lo de Bogart, pero con Gable).
Sirve de ejemplo Leslie Howard, pero hubo otros muchos actores que no pudieron hacer nada con los duros de Hollywood: Melvyn Douglas, Herbert Marshall, Robert Cummings, etcétera.
PD. Si parece que Erroll Flynn fue un agente nazi que se hacía pasar por simpatizante de la República, de Leslie Howard se dice que fue espía británico.
PD: Lo peor, sin embargo, no fue la desaparición de estos actores como principales, sino que el cambio de gustos del espectador hacia la acción nos privó de las grandes películas para mujeres.
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