Una regla no escrita en política podría definirse así: "Ten entre tus subalternos alguien que sea más mediocre, más cobarde o más antipático... que tú". Sólo así se explica que José Luis Rodríguez Zapatero haya aguantado tanto en sus gobiernos (ya son varios, ninguno un "gobierno de los mejores") a Miguel Ángel Moratinos.
Cuando asumió la cartera de Exteriores, tenía esperanzas. Al fin y al cabo, era el representante europeo en Palestina. Pero qué hizo en tantos años, qué ha hecho Europa en tantos años en el conflicto palestino-israelí: la misma táctica de Moratinos. Una condena a Israel que coincide (y alimenta) el antisemitismo en nuestro continente, pero sin tener el valor suficiente de reconocer un Estado Palestino en las fronteras de 1967.
Pero no se trata de un fracaso en Palestina, aunque al dejar el Ministerio lamentó que no hubiera paz entre palestinos e israelíes o el cambio de postura en Cuba. Tristes expectativas para España si nos quedamos con Cuba y Palestina. Aunque la primera haya sido su obsesión (su único trabajo) en sus casi ocho años de Ministro.
Hablemos de sus fracasos:
- En primer lugar, tanto con Marruecos como con Venezuela tuvo que ser Rubalcaba quien tomara la iniciativa mientras Moratinos no se encontraba (es normal que lo ascendieran).
-En segundo lugar, pretender cambiar la Postura Común Europea por unas cuantas excarcelaciones resulta escandaloso. Un chantaje del Dictador que el Ministro ha aceptado. Entrevista a Guillermo Fariñas en El País: "La UE debiera emitir un comunicado en el que considere la salida de los presos un gesto alentador, pero que no basta. Mientras no se cambien las leyes que permiten el encarcelamiento de los disidentes y se den pasos hacia la democratización, la UE no debe eliminar la Posición Común". En 2004, Vargas Llosa publicó el artículo Las "putas tristes" de Fidel que continúa siendo válido.
-En tercer lugar, Sáhara Occidental y Kosovo. El Sáhara vive en una dictadura, amiga de nuestros reyes y de nuestros gobernantes, pero una dictadura, y más horrorosa que cualquiera porque la tenemos en nuestras fronteras. Ayer (o esta madrugada) el Ejército de Marruecos ha asesinado a un niño. En Kosovo hubo matanzas de musulmanes (y también de serbios). Pretender que Marruecos o Serbia tienen algo que ver con España y por eso no reconocer el derecho de cualquier pueblo a ser libre de sus asesinos es situar al mismo nivel una democracia y una dictadura. Nada tiene que ver el País Vasco con Kosovo ni Cataluña con el Sáhara Occidental.
-En cuarto lugar, el resto del mundo no ha existido para Moratinos: sólo Cuba (intereses propios), Kosovo (molesta realidad) y Venezuela y Sáhara (que se encargue Rubalcaba que no distingo entre Interior y Exteriores).Cuando asumió la cartera de Exteriores, tenía esperanzas. Al fin y al cabo, era el representante europeo en Palestina. Pero qué hizo en tantos años, qué ha hecho Europa en tantos años en el conflicto palestino-israelí: la misma táctica de Moratinos. Una condena a Israel que coincide (y alimenta) el antisemitismo en nuestro continente, pero sin tener el valor suficiente de reconocer un Estado Palestino en las fronteras de 1967.
Pero no se trata de un fracaso en Palestina, aunque al dejar el Ministerio lamentó que no hubiera paz entre palestinos e israelíes o el cambio de postura en Cuba. Tristes expectativas para España si nos quedamos con Cuba y Palestina. Aunque la primera haya sido su obsesión (su único trabajo) en sus casi ocho años de Ministro.
Hablemos de sus fracasos:
- En primer lugar, tanto con Marruecos como con Venezuela tuvo que ser Rubalcaba quien tomara la iniciativa mientras Moratinos no se encontraba (es normal que lo ascendieran).
-En segundo lugar, pretender cambiar la Postura Común Europea por unas cuantas excarcelaciones resulta escandaloso. Un chantaje del Dictador que el Ministro ha aceptado. Entrevista a Guillermo Fariñas en El País: "La UE debiera emitir un comunicado en el que considere la salida de los presos un gesto alentador, pero que no basta. Mientras no se cambien las leyes que permiten el encarcelamiento de los disidentes y se den pasos hacia la democratización, la UE no debe eliminar la Posición Común". En 2004, Vargas Llosa publicó el artículo Las "putas tristes" de Fidel que continúa siendo válido.
-En tercer lugar, Sáhara Occidental y Kosovo. El Sáhara vive en una dictadura, amiga de nuestros reyes y de nuestros gobernantes, pero una dictadura, y más horrorosa que cualquiera porque la tenemos en nuestras fronteras. Ayer (o esta madrugada) el Ejército de Marruecos ha asesinado a un niño. En Kosovo hubo matanzas de musulmanes (y también de serbios). Pretender que Marruecos o Serbia tienen algo que ver con España y por eso no reconocer el derecho de cualquier pueblo a ser libre de sus asesinos es situar al mismo nivel una democracia y una dictadura. Nada tiene que ver el País Vasco con Kosovo ni Cataluña con el Sáhara Occidental.
Un compañero de bancada lo definió como el mejor Ministro de Exteriores de nuestra historia. Sin ironías, y el Ministro se emocionó.
PD. Hoy Trinidad Jiménez (de la que alguna vez he leído algún artículo inteligente sobre Iberoamérica) intentará cambiar la Posición Común Europea respecto a Cuba. No lo conseguirá. Pero no es un buen comienzo. José Ignacio Torreblanca escribe una Carta a la Ministra: "Ser estratégico, planificar, priorizar, buscar sinergias: ahí están las claves. No se desgaste en pequeñas batallas bilaterales que poco aportan a España y que terminan por dañar su imagen internacional. Deje por tanto atrás los Cubas, Kosovos, Venezuelas y Gibraltares: son importantes, pero no prioritarios. El mundo es mucho más grande. La verdadera agenda internacional está en otros sitios: en la no proliferación nuclear; en evitar la emergencia de esferas de influencia en Europa; mantener a Turquía en nuestra órbita; lograr que China no divida a Europa; prevenir el colapso del Sahel, y, sobre todo, en construir una Europa que realmente funcione internacionalmente".
PD2. Deseo que premien a Moratinos con un nuevo puesto en Palestina. O, esta vez sí escribiendo correctamente el nombre de la novela de Greene, podría ser "Nuestro hombre en La Habana".
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