A una sociedad que valora el resultado inmediato, a la que, como canta Tote, la crisis le pilló leyendo Los pilares de la Tierra, el reconocimiento de Calasparra a sus hijos más brillantes con la asistencia del Ministro de Educación, le dice que, al contrario que el tango Cambalache, no es lo mismo ser ignorante, sabio, derecho o traidor. Lástima que homenajes como el de los calasparreños sean la excepción.
Todas las portadas del día después de los Príncipes de Asturias se dedicaban a la Selección Española de fútbol. ¿No se merecían una portada esos científicos, escritores, sociólogos que abrirán nuevos caminos en este siglo XXI? Un único niño que, despues de ver esas portadas, le dijera a sus padres que quiere ser científico o médico ya hubiera hecho de la profesión periodística algo útil para la sociedad.
lunes, 25 de octubre de 2010
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