lunes, 29 de noviembre de 2010

Otro The Trotsky hubiera sido posible

Trotsky
En una secuencia de The Trotsky los alumnos celebran el baile de fin de curso con la temática Igualdad Social o algo así: desde los animales de la granja de Orwell hasta Jane Fonda, todos tienen cabida.

En ese baile, el joven Trotsky le prohibe la entrada a una muchacha disfrazada de Ayn Rand, autora de El Manantial (he visto la peli, no he leído el libro). A partir de este hecho la película podía haberse convertido en algo muy negro: cómo el joven Trotsky comienza, en nombre de la libertad, a censurar la misma libertad.
En Alemania, no desde la comedia, se hicieron dos películas interesantes: el Experimento, donde unas personas contratadas hacen el papel de presos y otros de carceleros; y La Ola, donde en un instituto se desarrolla un régimen fascista.
Evidentemente, The Trotsky es una comedia y, aunque el prota se cree la reencarnación del revolucionario, apenas hablan de la vida del auténtico ni para bien ni para mal. Pero sería imposible imaginarse esta película con Stalin o Hitler, a pesar de que la diferencia entre ellos y Trotsky no fue demasiado grande...
De pequeño tenía simpatías por Trotsky y su revolución permanente y por el POUM en España (en la película la hermana de Leon se lleva al novio a un ciclo de Loach que incluye, cómo no, Tierra y libertad), pero los estudios de un Orlando Figes demostraron hace mucho tiempo (por si quedaban dudas) que Stalin no es una aberración, como tampoco lo es Pol Pot, que todo sigue una lógica que comienza en Lenin y de la que no se salva ni Trotsky, ni Bujarin, ni Zinoniev, ni nadie...
Una oportunidad perdida en The Trotsky, aunque, como dije antes, muy buen cine teen. Aquí una crítica mía de The Trotsky.

Votar esta anotación en Bitácoras.com

0 comentarios: