lunes, 29 de octubre de 2012

Alfaqueque Ediciones publica Historia del Eremita de Miguel Espinosa




Historia del eremita, primera versión de Escuela de mandarines, seguramente la obra cumbre de la historia de la narrativa murciana y la mejor obra de Miguel Espinosa (Caravaca de la Cruz, 1926-1982), ha sido publicada por la editorial ciezana que dirige Fernando Fernández. El libro, que se pondrá a la venta el próximo lunes 29. La publicación incluye, como apéndices, una breve pieza titulada ¿El bufón y el príncipe' y un texto sobre filosofía política de los mandarines. Con el título que verá la luz la semana que viene, llega por primera vez a los lectores la versión primera -compuesta entre enero de 1954 y diciembre de 1956, cuando el autor apenas tenía 30 años-, que difiere sustancialmente de la definitiva.

El editor Fernando Fernández nos da alguna de las claves del próximo lanzamiento
—¿Qué puede esperar el lector de Escuela de Mandarines de esta versión primeriza, Historia del Eremita?
Aun a sabiendas de que las dos difieren sustancialmente, el lector de la obra definitiva tendrá ocasión de ver cómo Espinosa inició el mundo mandarinesco, y cómo el autor con 30 años ya tenía madurez literaria para llegar a ser un escritor tan singular y uno de los mejores de la literatura española del siglo XX. Este texto puede leerse independientemente de Escuela de mandarines y conforma temas propios que no podemos leer en la, hasta ahora, única versión publicada.
—¿Miguel Espinosa pensó en esta versión para publicarse?

Estoy seguro que si el autor viviera, estaría de acuerdo en publicarse en estos momentos y descubrir para el lector la magia de una obra que tardó en terminar 18 años.

—¿Qué títulos contendrá Biblioteca Irremediable?

Es todavía pronto para dar a conocer los títulos que publicaremos pero pueden estar seguros que serán obras de mucha importancia para la literatura.

—Tras Historia del Eremita, ¿queda alguna obra sin publicar del autor caravaqueño?

Sí. Todavía queda correspondencia, ensayos y otros textos.

—¿Presentará Alfaqueque la obra en Caravaca de la Cruz?

A finales de noviembre tenemos previsto presentar el libro. Haremos otras presentaciones en Madrid y Murcia. Y más adelante  pretendemos llevar la obra por diversas universidades.

—¿Quién ha diseñado la portada?

El artífice de la misma es el pintor José Lucas, aunque Alfaqueque ha contribuido también en ello.

—Miguel Espinosa ha cobrado fama como un autor difícil, ¿qué diría de él al lector que no lo conozca? ¿es Historia del Eremita una buena oportunidad de introducirse en su universo?

Efectivamente, creemos que esta primera versión de Escuela de mandarines llegará a aquel público que todavía no se ha atrevido a leer al autor caravaqueño y, la mayoría de nuevos lectores, tendrá ocasión de convertirse en espinosianos.

Adelanto de Historia del Eremita
«—¡Mirad! ¡mirad! La muchacha baila.
Y todos miramos; y vimos a la muchacha bailar en la lejanía, sobre una colina, con el pelo suelto. Y era de admirar el ensimismamiento de sus ademanes, pues bailaba para sí misma.
—¡Oh loca! ¡Oh loca! —dijo la gentecilla.
Y el cabeza rapada exclamó:
—Esta necia acabará por perderse; porque ha nacido para ello.
Después de esto, salí al campo, camino de mis montañas. Como fuera otoño, sentí melancolía, y recordé mis tiempos de enamorado de la Tierra; me encontré como en esos años mozos, libre ya del trato con los hombres. La irritación, el rubor y la ternura, comparecencias sociales, parecieron tranquilizarse, y cedieron a mis antiguas aficiones de solitario, ahora renovadas.
—¡Oh padre! —dijo mi corazón—, ha llegado la hora.
Y mi alma dijo:
—¡Oh padre! Por fin vuelvo a la infancia.
Y mi ser concluyó:
—¡Oh hijo! Porque tornas a lo que te es propio, experimento el roce con la sustancia
que origino.
En el campo me vi como criatura recién hecha, lejos de los vocablos; tan lozano y nuevo, que decidí saludar a las cosas que están ahí.
—¡Oh cosas!, presencia del día y de la noche —dije—, a vosotras vengo; recibidme como la patria al viajero, y como los padres al niño.
—¡Oh eremita! Este es el camino que a tus montañas lleva respondieron—. Síguelo, parvulito».

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